
Por Eusebio García Luego
Nueva Cultura, nº 11. Valencia.
Nueva Cultura, nº 11. Valencia.
EL GENERAL GORDETE: (Pasea por la estancia y atusa los bigotes como cumple a un general que se estime) -- Las hordas impías avanzan. Carajo, no va haber más remedio que ponerlos sobre la mesa. Todo sea por Dios y por El, que, al abrazarme me dijo: “Gordete, ya sé tú harás lo tuyo. Espero y entretanto, paciencia y mala leche. Es el lema de mi reinado”. ¡Gurriato! (Se presenta el ordenanza, guerrera corta y gorro ladeado)
ORDENANZA: (Con resorte mecánico y achulado) Mi general.
EL GENERAL GORDETE: Pienso sublevarme. Tú que conoces la tropa, ¿qué opinas?
ORDENANZA: Mi general, moriremos por Usía. Respective a la tropa, son unos mandrias y mastuerzos. Me amaga que incluso haya republicanos y acráticos. Se les tienta las costillas y en paz cristi.
EL GENERAL GORDETE: Tú eres leal, Gurriato. No en balde te has educado, sin contaminarte, en los Huérfanos del Cuerpo. Conocí a tu madre y siempre te he estimado. Pero esos pendejos... La Patria me requiere. Llama al capitán Sandio.
CAPITAN: (Pinturero, ruido y vuelo, prosopopéyico) Llega con sofoco) Es la hora mi general. El triunfo de las izquierdas equivale a la desmembración de la Patria y el vituperio del Ejército. ¿Hemos de consentirlo?
EL GENERAL GORDETE: De ningún modo, capitán. Salvaremos a España. Pero los tiempos han cambiado. Son ominosos como aquellos de los que habla la Historia. Mi glorioso padre se sublevó 57 veces en 3 años. Al vérsele llegar al cuartel ya se sabía que peligraba la Nación. Yo sufro la vergüenza de no haber podido sacrificarme aún y salvarla. Siempre se me adelantan. Pero ahora no se pudre mi arenga, la de la Patria sojuzgada. Otras alocuciones heredé de glorioso padre. Las ensayaré. ¡Soldados: el honor de la madre Patria sojuzgada... ¡
CAPITAN: ¡Bravo, mi general! Con ese tono la victoria es segura.
EL GENERAL GORDETE: ¿Y qué hacemos después? ¿Tú crees que el pueblo...?
CAPITAN: No hay pueblo. Es una invención de los dinamiteros. Se descacharran en cuanto oyen un charrasco y una corneta. Con su pito y unos desfiles bien administrados...
EL GENERAL GORDETE: ¿Y eso que llaman economía?
CAPITAN: Acuñaremos mas monedas. Es muy fácil.
EL GENERAL GORDETE: ¿Y los obreros? En tiempo de mi glorioso padre no los había, ni falta que hacían. ¿De dónde habrán salido los malditos? ¿Con quién cuentan?
CAPITAN: En mi compañía hay un cabo adicto. Me consta, porque tengo con él cambalache de cocina y además estuvimos el otro día de...
EL GENERAL GORDETE: Malos pasos te andas, capitán. ¿Y qué tales prójimas?
CAPITAN: Había una pechugona como a Usía le apetecen.
EL GRAN PREBOSTE DE ORDINIS RAPIÑARUM: Anda y que te zurzan. Piensa el ladrón que todo el mundo es de su condición. Señores, salud y pesetas. Viva la euforia. Viva la pepa y olé. Me voy a “dir” a Venezuela; queda aquello vacante. Tengo bigotes y soy farruco. (El gran preboste se precia con toses de guapo. La vieja carojo se santigua y lanza arreniegos. Riñones y sacristía. El esperpento)
--Estos son mis poderes.
Te van a dar pocos. Pero no hay que alborotar. No vale la pena. Todo es grotesco. Sigue el esperpento. Qué algarabía. Los santos se remangan, las señoras se han soltado el moño y los matones apoyan con las pistolas el reparto de invitaciones para el mitin fascista. Sólo el pueblo guarda compostura.
--Votad a España. Un ejercito fuerte. Verdaderas gollerías. No hay quien dé más. Os daré una España grande.
EL PUEBLO, MUY FINOLIS, SIN ADEMANES.- No, gracias. Me la daré yo solo. No le conocemos a usted. Mejor dicho, le conocemos aunque venga disfrazao. Ni se pregunta. Votaremos por el jefazo. Ya lo creo que botaremos. Se dará el bote. ¿Íbamos a renunciar a una España grande y a hotel propio?...
EL GENERAL GORDETE: (Hipa sobre el bigote lacio) Estamos solos, capitán. Nadie nos hace caso. Los soldados irían a denunciarnos a sus malditas sociedades obreras y se reirían cuando les hablara de la patria sojuzgada.
CAPITAN: Mientras no me revolucionen la cocina...
EL GENERAL GORDETE: Vamos a ver a tu suripanda. Solo a esa le gustan ya las espuelas. ¡Qué degeneración de país!
No hay comentarios:
Publicar un comentario