lunes, 19 de enero de 2009

José Mª Amigo Zamorano: Isabel Escudero en 'Gorrión, migajas...'

Editorial Pre-Textos le ha publicado 'Gorrión, migajas...' a Isabel Escudero. Otro más. El anterior fue 'Fiat Umbra', que ya comentamos. Y la propia editorial anuncia uno nuevo de próxima publicación con el rótulo de 'Nunca se sabe'. En fin, está sembrando Isabel de poemillas el panorama literario. Semillas por el camino. Aire fresco, proclamaba un crítico, alabando el poemario anterior.

Nos dice Pre-Textos: "Esta edición de 'Gorrión, migajas...', haikus de pájaros de Isabel Escudero, se terminó de imprimir el día 6 de octubre de 2008".

Haikus, coplas, proverbios, sentencias, aforismos... De todo eso hay. Se avisa a la entrada de esta poética pajarería que, en ella, se han colado pájaros de otros poemarios anteriormente publicados. Y, si, nosotros hemos encontrado alguno que se nos quedó grabado de otras lecturas: 'Traca de trinos / trizan la copa / del pino'. Habrá algunos más. Pocos.

Pero esto no quita ningún valor al libro. Se lee con gusto. Y nos eleva. Al aire. A volar con aquel tiempo recién creado. Cuando éramos niños. Cuando todo parecía nacer de la nada. Y nos impresionaba dejando una huella, ya imborrable. Huella que nos sale, ahora, al paso, para devolvernos ese tiempo perdido. Y sus pájaros vivos, y muertos, y enjaulados, y... O los huevos del nido, pequeñitos, que contemplábamos embelesados. Aún los recordamos, calentitos, con pintas gris-azuladas. Allí estaban, en medio del prado, en el centro de la mata de cardos. Protegidos de una mano aviesa por la guardia de sus espinas. O cuando los veíamos removerse, aun en carnículas, estirando el pico de hambre.

Si no fuera más que por eso ya hubiera merecido la pena leerlo. Pero es que que hay más: te impulsa al vuelo, te pone la cabeza a pájaros, te ayuda a quitarte callos de encima a tu espíritu. Para que, como decía León Felipe, "no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo". Que es otra manera de resistir.

A veces nos preguntamos, caminando, que qué estamos haciendo en este lugar. Y quisiéramos ser como una avecilla y volar para no atarnos demasiado al terruño. Así, con esa visión desde arriba, contemplaríamos a los seres, a las cosas, sin los conceptos de 'mio' y de 'tuyo'. Nos meteríamos más en lo 'nuestro', más abajo: 'Gravedad del revés: / en lo hondo del cielo, / dejarse caer'. Nos orearíamos. Nos airearíamos. Enloqueceríamos de generosidad. Con la locura de los valientes. La única sabiduría.

Todo esto nos suscitan los versos de Isabel Escudero. Versos de arte menor. Sencillos. Como sencillas son las palabras que utiliza. Y los pájaros que cita. Comunes y corrientes como el gorrión. Y valientes: 'Por entre los zapatos / de los ejecutivos / el gorrión a saltitos'. No encontraréis pájaros exóticos, de largo plumaje, deslumbrantes. Ni palabras ampulosas, exuberantes, pastosas, que se peguen al cielo de la boca. Cita lo que vio y vivió. No hay selvas vírgenes de enmarañado follaje, ni 'arcoirisada crestería'. No hay eso en Extremadura. Tampoco importa. Y si no lean: 'Llanura parda, / la descolorida codorniz, / como si nada'. Y: '¡Qué bien canta!, / porque no sabe / lo bien que canta'. '¡Qué elocuencia! /pero no canta el pájaro / para la audiencia'. y para terminar este: 'Que nadie la oiga, / a la alondra / ¡qué le importa!'.

Lean, lean, a Isabel Escudero. No se arrepentirán.



Fdo: José Mª Amigo Zamorano