domingo, 29 de noviembre de 2009

José Mª Amigo Zamorano: Eusebio García Luengo y la vejez

Creemos que fue una semana después del primer encuentro con D. Eusebio García Luengo, que hicimos con el amigo Antonio Escudero Ríos, cuando lo abordamos en solitario. Entonces nos habló de algunos temas que, en el curso de nuestra relación veraniega, a lo largo del tiempo, nos repetiría muy menudo. Era un disco -como él decía- que nos colocaba siempre con el siguiente sonsonete:
-
-¿Ya te lo he contado?... ¿Si?... Pues te lo vuelvo a repetir.
-
Nos habló de su nacencia en Puebla de Alcocer. Y sobre todo de su vejez. Vejez que reivindicaba:
-
-Yo soy viejo -y la palabra 'viejo' la pronunciaba, como resaltándola, poniéndole un acento más fuerte, con énfasis- no de la tercera edad y otras memeces.
-
A continuación hacía una diferenciación entre edad y años. Otro disco que nos pondría con frecuencia. Siempre con la misma o parecida frase:
-
-No sé si de esto ya te he hablado. Bueno, pues si es así... te lo volveré a decir.

-
Según D. Eusebio García Luengo, la edad era inconfundible y se reflejaba en el rostro.
-
-El rostro es biográfico, según decía Leonardo da Vinci. Los años pueden variar y confundir a más de uno. Puedes tener un número determinado de años, años que pudieran engañar al espectador. Pero entre un niño, un adulto o un viejo la diferencia es inconfundible. Ves a un niño y no marras nunca sobre su edad. Se puede uno confundir en los años. Nunca, jamás, en la edad. Y yo soy un viejo. Mi rostro lo delata. Es biográfico. Lo descubrió Da Vinci.
-
Unido a ésto solía aludir al refrán ese que reza como 'del viejo, el consejo' y otros que hacen relación a la sabiduría de los ancianos.
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-Sin embargo, esto no es un axioma. He conocido a muchos viejos que han pasado su vida y no han aprendido nada. Nada de nada.
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Y tampoco estaba de acuerdo con esa creencia de que hay viejos que tenían el alma joven.
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-Eso... ¿qué quiere decir?... ¿Acaso que son inteligentes?... ¿Que entienden los cambios de la sociedad?... ¿Que son clarividentes?... Bueno, pues si quieren decir esto, que lo digan. Pero, que tienen el alma joven... ¡Qué tontería! ¡El viejo es viejo! Y siente como viejo. Y piensa como viejo.
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Seguro que se nos expresaría de este modo, más o menos, acerca de la vejez. Si la memoria no nos falla. Disco, como ya hemos dicho con anterioridad, que nos colocó, luego, muchas veces.
Lo recordamos sentado en una mesa, al lado de la ventana del bar El Pinar de Las Navas del Marqués, para combatir su claustrofobia y 'ver pasar al personal, como dicen en Madrid'. Veía el ir y venir de las gentes, contemplaba sus 'rostros biográficos' (según expresión de Da Vinci). Al respecto nos mostró sus observaciones de 'sociólogo mostrenco'.
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-Me quedo mirando a esos jóvenes llevando varias prendas atadas a la cintura en pleno verano. Y me preguntó por qué. O colocadas sus gorras al reves, con la visera hacia atrás. Algunos me producen temor. Con esos gorros a lo yanqui...
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Y el mismo se contestaba:
-
-Sobre esto de las costumbres he notado muchos cambios producidos. No se parece en nada la vida de ahora a la de mi juventud... He visto tantas vestimentas... No es de extrañar, claro, es que yo soy muy viejo... tan viejo que a veces creo que nadie es tan viejo como yo... ¡Cuántos seres queridos... cuántos amigos y conocidos han desaparecido!...

-
Al escucharle esta corta exclamación; corta pero que encerraba nostálgicas rememoraciones, siempre nos acordábamos, nosotros, de las palabras iniciales de Goethe en su magna obra 'Fausto'. Palabras, que en la traduccción de Cansinos Assens, son estas:
-
"De nuevo os acercáis, vacilantes figuras que os mostrastéis a la turbia mirada."
-
Y que, por cierto, Camilo Castelo Branco también las trascribe en el comienzo de su obra 'María de la Fuente':
-
"Ya volvéis, ¡oh figuras vacilantes,
que en otro tiempo solíais mostraros a mi turbia mirada!'.
-
Lamentamos no acordarnos del nombre del traductor portugués de estos versos.
-
En fin, ya regresas, ¡oh Eusebio García Luengo!, una y otra vez a nuestra memoria.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

José Mª Amigo Zamorano: Canción de Anábasis

Comienza Saint John Perse, seudónimo de Alexis Leger, su más famoso poemario, Anábasis, con una introducción titulada Canción. Y que, traducida por Enrique Moreno Castillo, dice así:
-
'Nacía un potro bajo las hojas de bronce. Un hombre puso bayas amargas en nuestras manos. Extranjero. Que pasaba. Y he aquí que hay un rumor de otras provincias que me agrada... "Te saludo, hija mía, bajo el mayor de los árboles del del año" '.
-
Naturalmente el poeta lo escribió en francés de la siguiente manera:
-
'Il naissait un poulain sous les feuilles de bronze. Un homme mit des baies amères dans nos mains. Étranger. Qui passait. Et voici qu'il est bruit d'autres provinces à mon gré... "Je vous salue, ma fille, sous les plus grand des arbres de l'année'.
-
Y como este hermosísimo poema, Anábasis, permite muchísimas interpretaciones; y cada uno tiene la suya; nosotros también aventuramos una; ni más ni menos valiosa que la de los demás, creemos; a saber:
-
Estamos en el campo. Es otoño. Los árboles amarillean. La temperatura es suave, tibia, muy agradable. Contemplamos la naturaleza en su maduro esplendor. Somos felices. Nos ofrecen frutos las plantas. Uvas, naranjas, manzanas, peras... Hasta bayas. Bayas amargas. Porque es otoño, claro. Cerca de un árbol la yegua está pariendo un potro. Otro milagro de la naturaleza. Esas bayas amargas nos las trajo un extranjero que pasaba por alli. Nos las puso en nuestras manos. Como gesto de amistad. Demostrando, asi, de esa manera sencilla, la fraternidad de los hombres que combaten el racismo. Seres humanos que se dan a los demás con el corazón sin reservas. El pecho al descubierto. La mirada limpia. La risa sin dobleces. Lo miramos al principio con recelos. Vigilando sus movimientos. Dispuestos a guardar y defender lo que consideramos nuestro. Al menor ademán sospechoso. Pero su actitud abierta desarma esas desconfianzas que llevamos entre la piel. Y para dejarnos aun más desnudos de asperezas, de espinas, de puas, de venenos, de... nos transmite noticias de otros mundos, de otros lugares, de otras provincias... de allende las fronteras. Nos desarbola por consiguiente de aldeanismos, de provincianismos, de... Predispone nuestro espíritu para recibir los más variados rumores donde, nuestro idiotismo aldeano o ciudadano, se nos aparezca como un elemento extraño y repelente. De modo que nos llena de alegría este extranjero. Que pasaba por aquí. Nos ha imbuido de un sano universalismo, de un humanismo, de una fraternidad, de... hasta el punto de que, cuando aparece nuestra hija, allá, en la hondura del paisaje, en el cercano horizonte, ya es otro el que pronuncia saliéndole el gozo por la garganta:

-Te saludo, hija mía, bajo el mayor de los árboles del año.

-
El poeta prosigue luego con su canción:

'Pues el sol entra en Leo y el Extranjero ha puesto el dedo en la boca de los muertos. Extranjero. Que reía. Y nos habla de una hierba. ¡Ah, cuántas brisas en las provincias! ¡Cuánta holgura en nuestros caminos! ¡Cómo nos deleita la trompeta, y la pluma sobre el escándalo del ala!... "Alma mía, muchacha, tenías costumbres que no son las nuestras".
.
Nació un potro bajo las hojas de bronce. Un hombre puso esas bayas amargas en nuestras manos. Extranjero. Que pasaba. Y he aquí un gran rumor en un árbol de bronce. ¡Alquitrán y rosas, don del canto! ¡Truenos y flautas en las alcobas! ¡Ah, cuánta holgura en nuestros caminos! ¡Ah, cuántas historias en el año, y el Extranjero a su talante por los caminos de toda la tierra!... "Te saludo, hija, mía, bajo la vestidura más hermosa del año!




lunes, 9 de noviembre de 2009

José Mª Amigo Zamorano: Por fin leímos Hector Fieramosca

Hemos terminado, por fin, la novela 'Hector Fieramosca' de Mássimo D'azeglio. Libro que compramos hace años, en algún puesto de feria, creemos que en Irún; puestos que venden barato ediciones defectuosas que las editoriales marcan con pintura el canto del libro.

Habíamos empezado en varias ocasiones la obra de D'azeglio y la abandonamos tras leer unas pocas páginas.

Está bien llevada la trama. Y, según dicen los entendidos, muy ajustada a la historia real y con personajes históricos también reales. Bien ambientada, eso si. No es un tema, y un estilo, que nos llene, a nosotros, precisamente, ahora. Y tampoco la consideramos una obra tan maestra como para poder extraer muchas lecciones.

Lo que si está clara es la intención de enaltecer a Italia como nación. De modo que, sin conocer demasiado los avatares de la historia de Italia, nos parece parte de un movimiento nacionalista que, luego, Garibaldi y otros, la empujaron, transformándola en estado independiente, por encima, claro, de de sus ciudades estado en la que estaba empantanada. En este sentido 'Héctor Fieramosca' aglutina todas las virtudes y todas las voluntades de superación de esas divisiones territoriales. En él se acrisolan las ansias de combatir a los invasores franceses y españoles. Si bien, no sabemos por qué, el odio se dirige, en primer término, a los franceses, a quienes, en combate de honor, derrotan en toda regla, quedando así salvada la gloria y el orgullo italianos.
-
Hemos destacado, dentro de la novela, unos párrafos que nos han parecidos extrañamente realistas para el tono general de la obra. Realismo que, con siglos de antelación, pudimos leer en 'El Lazarillo de Tormes' de la literatura española. Se trata de diferenciar y resaltar, por encima del fervor religioso y caballeresco de las clases dominantes, la nobleza y alto clero, alejados de necesidades perentorias, la lucha por sobrevivir de una parte del pueblo italiano, quien aprovecha cualquier ocasión para comer, aunque sea en medio de la peste; es mas, deseando, incluso, que la ciudad se cubra de cadáveres, si con eso alivia su estómago.


Esos párrafos los hemos titulado, si la memoria no nos falla, 'El sepulturero (¿o enterrador?) hambriento'.

Y por ahí deben andar.

En algún blog.

Y con la autoria, no faltaba mas, de D. Massimo D'azeglio.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Goethe: Cómicos y Curas (*)

Wagner:

... Hartas veces os oí ponderar que un cómico podría dar lecciones a un cura.

Fausto
:

Si, cuando el cura es un cómico, según hartas veces vemos.


*

Goethe, en 'Fausto'; Acto Único, Escena Primera, Primera Parte

_____
(*) título añadido

viernes, 30 de octubre de 2009

Adelaida Díaz: 4 Meses

Adelaida Díaz: 4 Meses

+

Mas de cuatro meses
sin verte.
En una semana
el malinche del parque
dio miles de flores
------------------ rojas.
Cuántos besos nos hubiéramos dado en cuatro meses.
En Santa Lucía
las cañafístolas están dando flores
más amarillas que el año pasado
y más olorosas
y el sol no las marchita.
Las páginas de los libros
que leímos juntos
se están poniendo amarillentas
porque no las has tocado vos,
a pesar de todo
las flores del malinche
huelen
y son rojas.

-

Taller de Poesía de Boaco

-

Poesía Libre. Revista de Poesía. Ministerio de Cultura, Managua (Nicaragua) Años IV. Número 10, enero de 1984.

Responsable: Julio Valle-Castillo

Consejo Editorial:

Carlos Calero (Monimbó); Juan Ramón Falcón (Condega); Marvin Ríos (Niquinohomo); Cony Pacheco (Subtiava); Gonzalo Martínez (Bluefields); Gerardo Gadea (Ejército Popular Sandinista)

miércoles, 28 de octubre de 2009

Edgar Lee Masters: Conrad Siever

Edgar Lee Masters: CONRAD SIEVER

*

No fue en ese jardín esteril
donde los cuerpos se convierten en yerba
que no alimentan rebaños, y entre siempre vivas
que no dan fruto
-allí, donde a lo largo de los senderos sombríos
vanos suspiros se escuchan,
y más vanos sueños se sueñan
de íntima comunión con almas desaparecidas-
sino aquí debajo del manzano
que yo amaba y cuidaba y podaba
con mis nudosas manos
en los largos largos años;
aquí, debajo las raíces de este manzano silvestre
penetrar en el cambio químico y el cíclo de la vida,
adentro de la tierra, y adentro de la carne del árbol,
y adentro de los epitafios vivos
de las manzanas más rojas.

-
Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal
-
(De 'Poesía Libre'. Año IV, nº 10, enero de 1984. Revista de Poesía. Ministerio de Cultura, Managua (Nicaragua)
-
Responsable: Julio Valle-Castillo
-
Consejo Editorial:
Carlos Calero (Monimbó); Juan Ramón Falcón (Condega); Marvin Ríos (Niquinohomo); Cony Pacheco (Subtiava); Gonzalo Martínez (Bluefields); Gerardo Gadea (Ejército Popular Sandinista)

martes, 20 de octubre de 2009

Frans Eemil Sillanpää: La Guardia Roja en Acción (*)

Frans Eemil Sillampää: La Guardia Roja en acción (*)
*__________
Reinó luego noviembre en el ancho mundo cotidiano. Hubo aplacibles jornadas brumosas, en las cuales las urracas permanecían en los tejados al acecho de los despojos de carnicería; el grajo, tímido primo de la urraca, revoloteaba cerca de la granja, graznando y mostrando las abigarradas plumas de sus alas. En las casas de campo, los trabajos agrícolas habían cesado casi; un mozo guiaba una carreta cargada de forraje; un campesino iba al granero. Los domésticos tenían su tradicional semana de vacaciones... Todo se desarrollaba según las costumbres más seculares.
*

Pero había, sin embargo, algo nuevo. En 'Kierikka' nadie lo notaba mucho pues la granja estaba muy alejada; pero en el centro de la parroquia todo el mundo lo veía. El pueblo se agitaba de nuevo, como en la primavera, cuando las labores; pero ahora los labradores demostraban mayor actividad; habían creado guardias y hacían ejercicios militares. Un vecino de 'Kierikka' había entrado en uno de sos cuerpos de voluntarios; procedía de otro ayuntamiento y demostraba más energía que los demás. Hermanni Kierikka no tenía ningún deseo de ir a hacer la instrucción, y se limitaba a pronunciar frases vacías y banales, en las que había una buena dosis de sabiduría campesina y una ligera irritación contra los obreros en general, sobre todo contra los que iban a las reuniones; así como también lugares comunes, como el siguiente:
*
-'En nuestro país la agricultura puede rivalizar con los industria'.
*
Respecto a esto, los campesinos sentados en el banco nada tenían que objetar.
*

Un día, en la aldea, la guardia roja desarmó a la de los campesinos, a los que trataba de 'carniceros'; detuvo a sus miembros y les obligó a jurar que no se opondrían en adelante a las reivindicaciones de la clase obrera. Pálidos y abrumados, los ricos labradores firmaron con mano temblorosa aquella promesa y regresaron a sus casas.
*

En toda la parroquia les fueron recogidas las armas a los propietarios, y Kierikka hubo de entregar su viejo fusil de aguja que no había sido cargado desde hacía lo menos veinte años; los chiquillos habían extraviado el molde para fabricar los cartuchos, de forma que el viejo trabuco no servía para nada. A pesar de todo, se lo llevaron y Kierikka pronunció algunas palabras apropiadas al descolgarlo:
*
-Haced el favor de devolvérmelo; acordaos de que os lo he pedido.

*

-Claro, claro; así que el pueblo se haya calmado -aseguró un sastre al que gustaba mucho leer y que en su juventud había explicado el Evangelios en las reuniones de edificación moral.
*

Ahora en su cabeza se encontraba llena de ideas nuevas y de reivindicaciones proletarias que incluso temblaba.
*

(Frans eemil Sillampää en la novela titulada 'Silja')

(*) Título añadido

jueves, 8 de octubre de 2009

Sipho Sepamla: Una mierda

Sipho Sepamla: Una mierda

*

Los negros son cantantes natos.
Los negros son corredores natos.
Los negros aman la paz…

La risa se ha vuelto agonía
cantantes
corredores
amantes de la paz
una mierda.


*

Sipho Sepamla

lunes, 21 de septiembre de 2009

Poesía de África: Bodquimanos (sic)

Poesía de África: Bodquimanos (sic)
*
Oración
*
Kabbia de los cielos
toma mi rostro:
¡Tú me darás el tuyo!
El rostro con el cual, al morir,
revives y regresas a nosotros
que ya no te veíamos.


*
 
(Tomado de 'Poesía Libre', número 14; revista de poesía; Ministerio de Cultura, Managua-Nicaragua; año V; marzo de 1985)

jueves, 23 de julio de 2009

Xavier Ortiz Y.: Poetas

Xavier Ortiz Y.: Poetas

Y hablábamos de los poetas
de los poetas indios
de los poetas mestizos
de los héroes poetas.
De Netzahualtcóyolt
---------------------(Señor de Texcoco)
de Tihuantisuyo
-----------------(hijo de Chimpu Ocllo)
de Darío
de Leonel
el que jugaba a las tabas
y llegaba a su casa con las tortillas frías
y que gritó su último
frente al cementerio oriental a los que le dispsraban
cuando apenas tenía veintiún años
y después nosotros lo aprendimos
para decirlo en Zacatecas, Los Llanos
en Guanito
------------en toda la frontera
para gritarlo:
---------------"Que se rinda tu madre".

*
Xavier Ortiz
Taller de Poesía de Estelí

Revista 'Poesía libre'. Ministerio de Cultura (Managua, Nicaragua) Año IV, número 10, enero de 1984

sábado, 27 de junio de 2009

José Mª Amigo Zamorano: Voz y Grito de borracho

La serpiente que se va cuenta con las hojas muertas
para disimular a sus crías de los peligros que los acechan.
Tu, madre, ¿con quién has contado para proteger
al hijo que tanto te quería de la crueldad del mundo?
¡Ay, amigo zamorano, tu único bastón de apoyo se quebró!
Cuando necesites de sostén recurrirás a hermanos
que cerrarán oídos al golpeteo de la aldaba en sus puertas.
Solo Ku (*) tendrá sus sentidos vigilantes y te franqueará el paso.
Entonces, eh, ¿la verás?... ¿volverás a ver la que está muerta?...
Lo cierto es que ya no tendrás jardinera que cuide las flores,
ni compañera que ande junto a ti camino del mercado,
ni maestra particular que te tome las lecciones de la escuela,
o indagadora que pregunte ansiosa por cuestiones de la vida,
e irás solo al pilón para darle de beber agua a los ganados.
¡Oh Ku! ¡Oh muerte! ¡Oh Ku! ¡Oh muerte! ¡Oh Ku! ¡Oh muerte!


La serpiente que se va cuenta con las hojas muertas
para disimular a sus crías de los peligros que los acechan.
Tu cuentas con hijos y con años para cuando te sorprenda Ku.
No cuentes contigo porque la muerte no previene a nadie.
Si tienes bienes, aunque sean pocos, ¿porque no los usas, pues?
Contéstame, ¿donde estás ahora no es, en realidad, una granja,
antesala de la muerte, con provisiones para el bien vivir?
Aunque no respondas sabemos que la vida es eso: primer paso
preparatorio para el momento azaroso de penetrar en El Vacío,
lugar colmado de recuerdos o tristes o placenteros de los vivos.
La Nada, El Vacío es la cama, el país, la morada de los idos.
Único y mismo para todos. Allí el Bien y el Mal son pagados.


¡Padres! ¡Cerradme la puerta de esa casa! ¡Esperadme aun!
Y tu, Ku, no abras la puerta porque no estoy aun preparado.
¡El país de los muertos! ¡La Nada! ¡El Vacío!, ¿cómo es ese país?
Lo ignoro. Mi padre y mi madre no han vuelto para decírmelo.
Ante la incógnita de esa mansión llamada El Vacío o La Nada
las gentes se resisten a abandonar sin mas esta granja terrenal
y lloran desconsoladamente por los seres queridos que se van.


Y yo, recogidos todos los lamentos

y todas las lágrimas del mundo,

coloco botella de vino en mesa

ante mi humana pesadumbre,

alargo la mano aprisionándola,

acerco la boca de la botella

a mis labios temblorosos

y musitando alegremente

ante una muerte inevitable

recuerdo al vate Khayyam:


-Hijos, la serpiente contará con muchas hojas muertas;

yo, con mi Voz y con mi Grito de borracho:
¡Que me quiten lo bailao!


*

(Texto compuesto a partir del poema anónimo africano número 91 titulado 'Oda a la muerte', páginas 144-145 del tomo I de la antología de Rogelio Martínez Furé 'Poesía Anónima Africana')

__________
(*) KU: La Muerte

domingo, 21 de junio de 2009

De magreos, meneos y toqueteos; de la jodienda que no tiene enmienda -y 8- (*)

8ª: Afrodisio Palomeque. 1995



Tomado de: http://senocri.blogcindario.com/2009/05/00263-manuscrito-a-monsenor-urbano-tallaferro-y-h.html

a) Descripción:

Hace casi un año, monseñor, la ciática que padecía desde los tiempos del gasógeno se me encarnizó en la pierna derecha, y el resto de mis ya muchos achaques concertó sus iras de tal forma que no me daba la dolencia punto de reposo y andaba todo el día entre el paño caliente y la molesta lavativa. Fue entonces cuando solicité y obtuve del arzobispado licencia para pasar unos meses en la campiña, ajeno al ajetreo parroquial, y con mejores aires y viandas naturales que me ayudaran a pasar ese mal trago.
En aquella aldeúcha trabé conocimiento con Afrodisio Palomeque, mozallón cejijunto parco en palabras aunque largo en lecturas e inquietudes, pastor a la sazón por aquellos valles, con quien tuve algún trato literario y no pocas discusiones al calor de algún que otro pecadillo de poca monta. Al correr de los tiempos, monseñor, el dicho pecadillo mudó en anatema monstruoso.
Solía bajar al pueblo para abastecerse en el súper -¡qué nostalgia, padre, de colmados y ultramarinos!- con su perra Brunilda, la Bruni desenvuelta y zalamera como ninguna, se dejaba caer por el confesionario para hablarme de alguna fugaz novedad literaria o pasarme el siguiente movimiento de la larga partida de ajedrez que dirimíamos en la distancia.
Me traía en ocasiones jugosos quesos de cabra que yo aceptaba con justificado recelo -como verá, padre, leyendo su poema- al dudar un tanto de su origen lácteo, y me contaba de sus horas muertas al abrigo de tertulias radiofónicas, verdadera peste de este fin de siglo, o del pertinaz acoso al que las mozas casaderas del lugar le sometían.
Afrodisio era lo que se dice un buen garañón, monseñor, y, aburrido una noche de sábado, acudió al lupanar local a catar las carnes de la Edmunda, montaraz peliforra, más por curiosidad que por rijo. El caso es que la perdida quedó maravillada con su cliente, y el rumor malsano del tamaño, potencia y duración de la entrepierna pastoril corrió como la pólvora entre las muchachas y las menos jóvenes. Desde aquella noche, monseñor, no daba abasto este pobre párroco para imponer penitencias a tanta imaginaria pecadora; tal fue la epidemia de rurales masturbaciones al calor de la fama viril de este Afrodisio, y de ahí la impúdica persecución que el pastor sufría cada semana.
Decidido a acabar con tales desmanes, y viendo que el pastorcico llevaba ya mes y medio sin dejar la majada, me aventuré por aquellos riscos arrastrando mi ciática y mi flema, y encontré por fin la razón del rechazo que Afrodisio dispensaba a las ardientes zagalas.
Y fue que hallé al pastor, padre mío, tan arrimado a su Bruni como se pueda usted imaginar, que no eran de extrañar ni la abstinencia femenina del bien dotado cabrero, ni la alegría que la perrilla mostraba por las callejas del pueblo. Qué lejos todo esto, monseñor, de aquella bucólica natura garcilasista.


/////



b) Ordeñar en domingo -Liturgia de la leche-


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Penumbra secreta, deliciosa umbría,
cripta caliente de infinitos rincones.
Tembloroso presagio del íntimo rito.
Detenido olor, pardo y frondoso, aroma de oscura vocación.
.
Lenta, leve niebla, mis manos,
extendiéndose, rodeando la cúpula rosada,
tambor de la sangre, prieta montaña de nectar,
termitero, marmita, bolsa,
delicada orfebrería, ríos de vello.
.
Temblor, exquisito deleite.
.
Soy panadero que amasa mazapán.
Mana el líquido, lejana secreción,
misterio hecho leche viniendo del mundo.
Primero manso, ahora cantarín.
Cadencia, melodía, cristal,
lluvia, ritmo...
.
Mar de burbujas,
lava humeante, nieve febril,
lago blanco donde nadar, beber, ahogarse,
donde meter las manos, la cara, la boca, oh.
Ablución en la grasa, en el pálido aceite surgido.
.


Venerando un saco convertido en perla,
en luz, enjambre candente.
Sólo existe ese cielo redondo,
que aprieto, estrujo estremecido.
Anhelo de fusión, ciega vehemencia.
.


Oh oasis, oh gloria, oh cielo, ángel.
.
El mundo es calor, sangre, espuma,
ingles ardiendo, pujando, punzando,
y mis manos, grasientas,
en esa hoguera remolinos.
.


Ritmo, cadencia,
lluvia, marea,
torrente, avenida,
tambor,
géiser, tormenta,
diluvio, catarata,
volcán.
.
Oh, extasis.
.


Viscosa exaltación.
.


Consagración de la nata.
.
Los ojos como los del cristo de la ermita,
como la santa del cuadro.
Telarañas polvorientas colgando de las vigas.
Alientos, gruñidos sordos en el establo.
.


Pringue.
.
Pecado.

-----

******
I - 9ª: Palabras finales de don Anselmo


Doy fin así con aires serranos a tan bastardo vástago de la musa y la doctrina, furtiva colección de bajezas y despropósitos que me he permitido espigar rompiendo, por amor al verso, el sacrosanto secreto de confesión. Reflexione un momento, monseñor, y hallará quizás que no es tan grande la culpa, ni el proceder tan monstruoso, que hasta San Pablo entiende y perdona en sus misivas esta eterna miseria de la coyunda y el placer cuando nos dice: 'mejor es casarse que abrasarse', 1 Corintios 7,9.

En esta arzobispal ciudad, a 29 de febrero del año de Nuestro Señor de 1996.

Anselmo Isleta Carantoña

(FIN)

__________
(*) Ilustraciones tomadas de la red

lunes, 8 de junio de 2009

De magreos, meneos y toqueteos; de la jodienda que no tiene enmienda -7- (*)

7ª: Obdulia Prieto. 1990



a) Descripción:


Obdulia, monseñor, era muy pizpireta y muy revolera, que aun frisando sus cincuenta se le daba una higa el qué dirán, y no se mordía la lengua piropeando cualquier trasero mozalbete que se le cruzara. Mocho en ristre, pañoleta corsaria y ojillos picaruelos, salía a los balcones a orear las alfombras de las casas donde limpiaba y allí se estaba ojo avizor a cuanto machote pinturero se dejara caer por sus dominios, que a más de un gallito le sacó los colores con su verbo procaz y malicioso.
Compañera de fatigas de doña Claudia aunque tan distintas en modales y compostura, hacía horas por las casas de la vecindad para redondear el sueldo de su bendito marido, aunque de suyo prefería limpiar en saunas y gimnasios, a ser posibles estrictamente masculinos, donde ya era conocida como 'La Forense' que hasta un cadáver levantara de puro soez y libidinosa.
Gran lectora de Bárbaras y Corines solía comprar el Hola y el Teleplús en el quiosco de Genciano -primo carnal de aquel Genicio, padre, y tan miope como él-, aunque también se llevaba de tapadillo el Playgay, el Mister Tranca y el Vayapar Magazine, por puro placer estético, según ella, que a socarrona y cínica nadie la aventajaba.
Se jubiló tarde y mal, pensión miserable, y deja ahora correr sus tardes por tascones y baretos de barriada, muy arregostada al carajillo de Chinchón y a la leche morena, y acabando de criar a sus retoños, que el último, por cierto, nunca supo si era hijo o era nieto. Y no le digo más, monseñor.

*

b) Epístola carnal a un párroco

/

Tarragona. Cualquier día de fiesta
de febrero. Querido Padre Anselmo.
Usted ya sabe, Padre, que el puchero
me hierve y se me da, y la cebolleta,
bien majada en su punto de meneo,
me sale de chuparse. Y gordezuela
me queda la morcilla y muy jugosa,
que la tengo un ratito en mi salmuera
y se calma, se arruga y se reposa.
No sé si entiende, Padre, mis figuras,
que me da un no sé qué con estas cosas
de irle contando picardías a un cura.
Pero, en fin, Dios dirá. Cogí mi estola
de peluche, y me fui a la biblioteca
por darme así un aliño de cultura
y escribir de corrido -con perdón-
el poema que tengo en penitencia.
Pero estaba prestado el Kamasutra
-¿se escribe así, mossén? y el Camarón
me daba repelús con tanta letra.
Así que pregunté a la cacatúa
-perdone-, Padre, que rimar la copla
me obliga alguna vez a ser faltosa-
y me sacó un libraco que es que a una
le pone casi sin querer cachonda.
Y es que menudo título: 'Las Putas.
Historia Natural de la Jodienda
Mercenaria'. No sabe usted que vicio
se gastaba el autor, Padre. ¡Qué prendas
le tocan a una en esto del fornicio!
Así que con el libro en la pechera
me volví a hacer la cena a los chiquillos.


(continuará
(*) Ilustración tomada de posturas del kamasutra

miércoles, 3 de junio de 2009

De magreos, meneos y toqueteos; de la jodienda que no tiene enmienda -6- (*)


6ª: Yovanna Carvajal. 1981

a) Descripción:

Ah, Yovanna, núbil canéfora de mimbre joven, pálida niña celeste, ¿dónde aquellas piernas de junco y de canela? ¿dónde tus ojos de agua? Ah, Yovanna... Excuse, monseñor, la memoria de esta dulce chiquilla, Yovanna Carvajal, que andará ya por la treintena y fue una de esas catecúmenas donde la maravilla de la Creación resplandece, y la belleza divina se hace carne afrutada y piel de seda antigua. Ah, Yovanna... Usted, monseñor, sabrá comprenderme.

Yovanna llegó a mi una mañana de enero, de la mano hacendosa de su madre doña Claudia, asistenta mía que fue durante largos años que aún hoy es el día en que me cruza por alguna callejuela y se me inclina pudorosa, y besa mi mano con unción. Viuda y maltratada por la vida, doña Claudia había descuidado un tanto la educación moral de su hija, de tal modo que la niña llegó a sus 15 castos abriles sin haber aun comulgado por vez primera. Aquel año, Yovanna destacaba su cabeza dorada entre el grupo de querubines de la catequesis, y asistía a mis charlas con un silencio claro de ninfa ausente.

Esos días se quedaba un rato más ayudando a su madre a adencentar un poco las dependencias de la parroquia, y entonces su imagen adquiría un halo sensual de mística belleza bajo la luz que refulgía entre las motas de polvo. Poco duró aquella estática contemplación de la bondad celestial, pues que la niña empezó a amanecer en sus instintos, y andábase timando aquí y allá con los mozos de la barriada a cualquier hora.

Fue entonces cuando lo del viaje a Londres. Créame, monseñor, que nunca medró la insidia más lozana ni la cizaña de marujas y beatas fue tan hostil; bien cierto es que la ignominia se ceba en los cándidos.

Desde aquellos días no he vuelto a verla, si no es en fotografías perdidas en revistillas de baja estofa. Me dijeron que regresó de Inglaterra con la melena violeta y ciertos peregrinos rudimentos de lo que antaño se llamó diseño; arte, al parecer de convertir lo cotidiano en incómodo.

A través de Claudia, supe sus fatigas como figurante en algunas películas de un reputado cineasta manchego -cintas de pésimo gusto y humor soez- así como de su reciente matrimonio con el director de un peródico, de tirada nacional. Su pasión, dice su madre, es la moda. Ah Yovanna. Miro a veces sus fotos y me detengo en su mirada buscando los arroyos de la infancia. Pero ya no está la chiquilla menuda y callada que ayudaba a su madre en el aseo del altar y le pasaba el plumero a las santas imágenes subida a una escalera...
_____


b)

1. árbol o hierba

&

Todo ocurrió en un momento, padre,
yo apenas pude enterarme.

&

Me sostuvo la escalera.
'Te ayudo a subir', decía.
Su voz se le destemplaba,
sus manos me recorrían.

&

Todo ocurrió en un momento, padre,
yo apenas pude enterarme.

&

El Sol estaba en los árboles,
yo era la hierba tendida.
Yo viví un gran sobresalto,
él la más dulce agonía.

&

Todo ocurrió en un momento, padre,
yo apenas pude enterarme.

&

Pero el pecador fue él,
para mí quedó el desaire,
y una comezón me irrita
que no sé si hiela o arde.

&

Todo ocurrió en un momento, padre,
yo apenas pude enterarme.
_____

2. Las dos miradas

"
Una luz no prevista, una forma no pensada.
Lo vi desde la ventana.
Un pestillo, una puerta, un balcón hacia la calle...
Vi que era él y no era.
Los ojos miran igual, pero nada sabe lo mismo.
Lo vi desde la ventana.
Hay un imán en la carne que se mueve y que restalla.
Vi que era él y no era.
Que me busca, que me incluye, que me sabe y no me sabe.
Lo vi desde la ventana.
Hay un resorte en la sangre que ya no será imprevisto.
Vi que era él y no era.
_____

3. Bocarriba
=

En la boca tuve escrito
cuanto mi dedo escribía.
La oscura habitación
era dura carne viva.
Acerqué mi mano al vientre,
la yema junto a mi herida.
Mis ojos cerrados vieron
lo que abiertos no podían.
Mis labios se endurecieron,
mis dientes se derretían.
La saliva vivió un brillo
que mi dedo ya sabía.

=

(continuará

_________

domingo, 17 de mayo de 2009

De magreos, meneos y toqueteos; de la jodienda que no tiene enmienda -5- (*)

5ª: Brígida Vistalegre. 1977


a) Descripción:

Qué inexcrutables, monseñor, se me antojan a veces los turbios recovecos del alma femenina que ni aun después de años de trato continuo e intimidad confesional sabe uno a qué atenerse con este torpe género veleta y alocado donde los haya. Viene a cuento el exordio, amado padre, por hablarle de Brígida mujer de pieza, manchega cabal de cepa añeja y éticas hechuras, que fue un tiempo modelo de unción y espejo de beatas, aunque luego los divinos designios le deparasen otra andadura mucho menos casta.
La señorita Brígida, solterona a machamartillo, diligente artesana de la añorada Sección Femenina (*), ferviente ejecutora de novenas surtidas y artista consumada del rosario, era quizá la viva encarnación del espíritu de cruzada que años ha señoreó por estos, hoy yermos, campos morales. Devota de Santa Eulalia y del Caudillo (1), sus carnes gozaban laceradas la caricia del cilicio y de la zarza y su pasión por nuestro martillo de herejes (2) alcanzaba por veces lo enfermizo y rayaba en una rara idolatría marcial.
Guardó como oro en paño innumerables recortes de prensa de sus gestas, aprendió sus discursos y llegó en una ocasión a consultarme la conveniencia de dejarse crecer un bigotillo al estilo del gran conductor (3), y ser así por fin amada en el amado transformada que amén de muy creyente, era Brígida asaz hirsuta y harto velluda. El delirio y la fe comenzaban ya a andar de la mano en su abrasada mente.
Pero toda esta vida de cristianos desvelos acabó de repente con la muerte del Gran Hombre (4). Brígida se recluyó entonces durante meses en el modesto santuario que había erigido en la casa paterna y olvidó sus deberes parroquiales, y, en fin, cayó desamparada en la negra noche de la locura.
Fue con motivo del primer aniversario de la muerte del Generalísimo (5) cuando dio inicio a su insana desmesura. Acudió aquel día pertrechada de peineta y escapulario a la gran concentración, y allí, con el sol de noviembre (6), vio a un joven falangista (7) con el pecho desnudo arengar a la multitud en recuerdo del gran lider (8). Fue la revelación, decía ella, la llamada celestial por la nueva senda: pobre Brígida, monseñor, pobre Brígida.
Desde entonces se entregó al mas desaforado de los desenfrenos, trocó velos y cirios por tangas minúsculos y artefactos de vicio y de lujuria y paseó sus magras carnes por antros de perdición bajo el nombre de guerra de 'La Mojigata'. Me contaron -Dios la perdone- que solía cometer sus números acompañada de un maromo burdamente disfrazado de Caudillo, con el simulaba disfrutar las más abyectas escenas con que la pornografía ha podido emponzoñar el mundo.
Muchas confesantas me llegaban cuitadas por la repentina fogosidad de sus maridos, clientes habituales de las sacrílegas actuaciones de Brígida. El resto, monseñor, prefiero callarlo. Ahí le envío uno de sus primeros poemas, que los siguientes abundan en escabrosos pormenores que el decoro me impide reproducir. Y no atienda, monseñor, esas chuscas alusiones personales, que es fama en la mujer la ligereza de cascos y lo calenturiento de sus quimeras y entelequias.
----------

b) Coplas a la suerte de folgarse

''
Me manda don Anselmo
le haga un verso,
en mi vida me he visto
con tanto aprieto...
''
... aunque apretada,
me sale mejor caldo
de burundanga.
''
Ay, Padre, no me riña
si me propaso,
que las mozas de hoy día
no usan refajo.
''
Y si lo gastan,
es por alzar pendones
bajo las sábana.
''
Me dijeron que un día,
con mil dolores,
mi flor yo perdería
debajo un hombre.
''
No lo discuto:
lo que he perdido en flores
gano en capullos.
''
Y después me dijeron
las pelanduscas
que también con el dedo
ríe la chufa.
''
¡Anda, lagartas,
que el dedo más gracioso
mide una cuarta!
''
Entre tanto consejo
de hambre arrasada,
yo probé en mi puchero
todas las habas.
''
Y desde entonces,
almuerzo lo que ellas
nunca se comen.
''
Ahora me dicen guarra
las mojigatas
que dejan a los hombres
matarse a pajas.
''
Y yo les digo
que más guarro es dejarse
que pique el higo.
''
Ay, Padre, no me riña,
no me regañe,
que en cuestión de picores
todo es rascarse.
''
Que el comecome
se cura con ungüento
de breva doble.
''
No se me haga el orejas,
¿eh, Padre Anselmo?
que usted comulga panes
que yo le horneo...

________

(*) Sección de mujeres del partido fascista Falange Española

(1)El general y dictador fascista F. Franco

(2)Idem

(3)Idem

(4)Idem

(5)Idem

(6)Alusión al 20 de noviembre en que murió el dictador fascista

(7)Militante fascista de Falange Española

(8) El general y dictador fascista F. Franco


(continuará


__________

Las ilustraciones se las hemos puesto nosotros tomadas de:

sábado, 16 de mayo de 2009

De magreos, meneos y toqueteos; de la jodienda que no tiene enmienda -4- (*)

4ª: Nemesio Gualdrapa. 1969

Tomado de: http://senocri.blogcindario.com/2009/05/00259-manuscrito-a-monsenor-urbano-tallaferro-d.html

a) Descripción:

Nemesio era enjuto y macilento, como puesto de perfil, y gastaba siempre cortes de pelo a navaja, terno milrayas y pasador dorado en la corbata. No es valadí, monseñor, esta breve pincelada indumentaria, que tal vez no hubo nunca transportista tan coqueto, ni chofer tan maqueado, ni camionero con más plumas. Oriundo de un villorrio segoviano, hijo de rabanera y matapuercos, Nemesio cursó sus primeras letras al abrigo doctrinal de la Compañía, aunque pronto ahorcó cartillas y plumieres, y poco provecho le hicieron en su vida las rectas enseñannzas ignacianas.
En cambio, dejóle huella indeleble aquella anochecida en que su padre le llevó a conocer mujer, que salió de ella escaldado con el débil sexo, aunque arraigado para siempre en el temor de Dios. Contóme Nemesio que, al irse desnudando la mujerzuela, vio que ésta llevaba prendida entre la braga y el vientre una sobada estampa de Santa Úrsula -superticioso remedio contra preñeces intempestivas-, imagen que luego, colocada en la tosca mesilla, fue testigo mudo de su desvirgamiento.
Aterrado pasó Nemesio por tal trance y, desde entonces siente un profundo asco por el cuerpo femenino y una extraña mezcla de terror y arrobamiento hacia las sagradas estampas. Con ese miedo y una completa colección de imágenes, llegó el segoviano a la ciudad, hambriento de lecturas, caricias y experiencias.
Corrían años de irreverencia y desenfreno, y de la Francia casquivana llegaban emponzoñados aires de algarada y revuelta, si bien ya un poco agostados y un poco renqueantes.
Nemesio, entre ruta y ruta, se dejaba caer en sus días libres por facultades y cafetines donde se cocían los humos bastardos de la protesta, y poco a poco, entre libros y amiguitos, entre música embrutecida y diábolicas pócimas, fue recorriendo su peculiar camino de perdición. A tanto alcanzó su loco libertinaje, que llegó a cumplir tres años de presidio por blasfemia continuada en lugares públicos y reincidente desacato a la autoridad.
De poco sirvieron las colectas de sus novios para mercar amantes mecenarias que aplacasen la ira judicial; que jueces hubo, monseñor, que se prestaron a taloes coyundas y redujeron penas tras aliviar sus bajos. Pero no fue este el caso, y Nemesio ensanchó el ojo de sus lecturas en la trena con los libros que le enviara cierto conocido, baboso poetilla helenizante que perpetra hoy día sus escritos en el diario que dirije el esposo de Yovanna -Ah, Yovanna...- con más desparpajo que acierto.
Y desde presidio me envió Nemesio este sentido poema dedicado a su amigo, años después diputado de ideas populares que falleció de congestión retórica en plena arenga electoral, allá por Murcia.
/
b) Elegía a Rémulo Roger, con quien tanto dormía.

^
Ahora, Rémulo, que te mantienes
al margen de todo asunto mundano
quiero tenerte en este débil verso
que exige un confesor mas bien enano.
^
Ha de servir de penitencia el dístico
que concibe una culpa inmaculada,
y escrito a ratos más o menos místicos
brotóme el cantar en música sagrada.
^
Yo, que ayer estudiaba en el Colegio
Mayor del Jesuita Rimas Humanas
,
traidores, mártires e inconfesados
verbos latinos de la edad dorada
^
yo, que ayer divulgaba otros poemas
por la onda inconfundible de la radio
cuando el suave reposo de un taquímetro
lascivo acosaba como el rayo
^
yo, que hablé de Jaime a todas las reinas
que cruzaron cautivas por mi noche,
que lloré a Federico en grave alejandrino
ante la Benemérita con escaso derroche
^
yo quiero ahora, Rémulo, 'regresarte y no puedo'
(... cantaba así el bolero que nos gustaba oír)
^
Aprieto el tiempo ingenuo
entre unas manos líquidas
y sólo así mantengo
tu pensamiento erecto
desamordazando los vinos
furiosos del kilometraje,
la dentellada en marcha,
tormentas turbulentas
sin freno ni aun embrague
... y el cáliz clandestino
que engullo en tu pronombre.
^
He hablado de tí, Rémulo, en cada ágora
taberna o antro de luz roja en carretera
y si pr Madrid paro, voy a lo de Villena.
/
_____
(*)Las imágnes son tomadas de: http://bajoelsignodelibra.blogspot.com/
*
(continuará

jueves, 14 de mayo de 2009

De magreos, meneos y toqueteos; de la jodienda que no tiene enmienda -3- (*)

3ª: Genicio Bustamante. 1944


Tomado de: http://senocri.blogcindario.com/2009/05/00258-manuscrito-a-monsenor-urbano-tallaferro-c.html

a) Descripción:

A Genicio, monseñor, le detuvieron en Roxy el día del estreno de 'Raza' (1), allá por el 42. ¡Qué tiempos aquellos, cuando aún la madre Iglesia gobernaba los destinos espirituales de la feligresía, y tenía voz, y tenía veto a la hora de podar cristianamente besuqueos o musleríos en las sórdidas películas que de allende los mares arribaban: oscuras tentaciones con que el Altísimo ponía a prueba nuestra acendrada fe. ¡Ah, monseñor! Qué de veces no habré yo discutido acaloradamente la sutil extensión de la falda en otros tiempos, defendiendo la casta rodilla descubierta antes que el taimado embozo que la celaba, prometiendo así quién sabe qué delicias femeniles, más lúbricas si cabe por cuanto imaginadas... Ay, monseñor, aquellos topolinos...
Pero volvamos al caso.
Genicio, Genicio Bustamante, era natural de Susañe del Sil, de la remota comarca de El Bierzo (2). Miope a pierna suelta, gastrónomo aficionado y gran degustador de botillo -de cuya sabrosa historia alcanzó a pergeñar algún que otro opúsculo-, formó cuadrilla en su mocedad al calor de una agrupación que abogaba por la independencia del valle, 'Nación Berciana' (3), escuálida hermandad que finó sus días con la caída de la infausta República, y acarreó a Genicio algunos sinsabores cuando se pasó al bando nacional (4).
Acabada la guerra, sentó plaza como sereno, y sereno fue de oficio y beneficio, que en todos mis años de prédica y rosario no me topé yo nunca con alguien que tan gustosamente acompasara la labor y el solaz. Genicio, monseñor, y perdone la llaneza, era un mirón y un pajero.
La chiquillería del barrio le llamaba el tío Gayolas y creame que ese execrable vicio amanuense alcanzaba en el berciano cotas insospechadas, acechando a parejitas sin carabina que se achuchaban contra las tapias o espiando la obligada coyunda procreativa de los castos matrimonios que habitaban sótanos y bajos.
¡Qué Genicio este! Con una galopante miopía que apenas le dejaba distinguir una niebla de murmullos de un magreo, pero con unas entenderas tan descabaladas y rijosas que en poco se le daba a él esta mengua de la vista. De ahí, monseñor, que prefiriera la noche de los cines a la real, mucho más fría y laboriosa, y que anduviese el perdulario por todas las matinales al objeto de tocamientos y gemidos lujuriosos.
Pero el Señor todo lo ve, y a todos compensa y castiga; y aquella mañana de febrero halló Genicio la horma de su zapato, porque la mozuela espiada que eligió el pajillero no era otra que Secundina, su hija mayor, muy procaz y verdulera, por cierto. El escándalo fue mayúsculo, y a Genicio le pillaron dos guindillas en paños menores: ni tiempo de subirse el pantalón.
Salió en la prensa al día siguiente, monseñor. Por ahí debe andar el recorte, junto con otros tímidos versos como éstos que le envío.

b) Susañe Soñada
_

Yo, Genicio Bustamante,
larga noche de mi edad
en esta villa fui vigilante.
_


Las noche y los días
pasaban con bondad.
El aire a pólvora olía.
_


¡Las once y sereno!
con cantadora voz decía
pendiente de sueño ajeno.
_


En mis huesos humedades.
De la soledad huía
al cobijo de los soportales.
_


¡Sereeenooo!
y rápidamente acudía
con el manojo de llaves.
_


¡Las doce y sereno!
De la noche oscura
conocí los jadeos.
_


Luces amarillas, tristes,
en las mullidas camas
la lujuria escondiste.
_


¡La una y sereno!
La soledad, mi pasión,
encendida por ruido ajeno.
_


¡Las dos y sereno!
Las humedades las limpiaba
con mi bordado pañuelo.
_


¡Las tres y sereno!
Bisbiseos me llamaban
de un portal dentro.
_


¡Las cuatro y sereno!
desde el balcón decía.
Su sueño era bueno.
_


¡Las cinco y sereno!
en diferentes balcones
sequé el blanco pañuelo.
_


¡Las seis y sereno!
como ratas huían
de los catres ajenos.
_


¡Las siete y sereno!
Alguna halló en mí
dulce consuelo.
_


¡Las ocho y sereno!
La mujer del que huyó
conmigo yació en el suelo.
_


¡Buenos días, vecinos!
-albor de claridades
y el sereno no ha dormido-
_


El propio lecho
me acoge. Mi mujer hace
lo que yo hice anoche.


(continuará
---------------
Pintura y comentario de la pintura de los hermanos Becquer. Bueno, el comentario es del poeta Gustavo Adolfo Becquer. La pintura de su hermano
__________
(1) 'Raza' película cuyo guión, dicen, fue hecho por el dictador F. Franco

(2) Comara de la provincia española de León que hace límite con Galicia

(3) No sabemos si habrá existido esa agrupación, pero es cierto que tieneunas características tan especiales que la hacen ni ser castellana ni gallega. Creemos que esa comarca es la cuna de un grupo musical 'Voces ceibes' muy galleguista.

(4) El 'Bando nacional' fue el que se sublevó en 1936 contra el régimenlegal de la República. Ese bando triunfó con el dictador citado a la cabeza.
(*) EL título es nuestro

miércoles, 13 de mayo de 2009

De magreos, meneos y toqueteos; de la jodienda que no tiene enmienda -2- (*)

2ª. Eufrasio Cascante. 1938


Tomado de: http://senocri.blogcindario.com/2009/05/00257-manuscrito-a-monsenor-urbano-tallaferro-b.html

a) Descripción:

Eufrasio, monseñor, con quien tanto porfié de cadencias y pies quebrados, me unía esa menesterosa sensibilidad del letraherido, del poeta en ciernes, al cual la fama de otros vates lo anega a veces en suspiros de impotencia, a veces en insanos arrebatos de ira, cuando no en el pútrido pozo de la envidia.
Compartíamos una misma devoción garcilasista y rendíamos tributo en aquellos líricos balbuceos a la sílaba contada y a la rima consonante, y solíamos enviarnos a escondidas nuestros versos en un mudo torneo literario que encendía los espíritus y templaba nuestra tendencia al alejandrino, que aunque en demasía plateresco y rimbombante, carecía de ese austero comedimiento castellano del endecasílabo, pináculo de la gloria de la métrica hispana.
Pero eso fue en los tiempos novicios de latines recitados, que luego los malos consejos y lo turbulento de la época enardecieron a mi amigo y lo empujaron hacia otras lecturas mucho menos provechosas.
Corrían los años treinta y, ya ordenado sacerdote, Eufrasio se entregó con denuedo al estudio minucioso del epistolario paulino, si bien no abandonó su querencia de bardo aficionado y frecuentó con demasía los mediocress versillos que medraban en aquellos años republicanos, ocurrencias de novadores jovenzuelos y arrogantes, muy rojos y ateos en su mayoría. Dadaismo, Ultraismo, Futurismo, Surrealismo... toda esa barahunda modernizante embutía mi fogoso amigo en sus versos, sin dejar por ello de profundizar la palabra de San Pablo y publicar muy eruditos trabajos en sesudas revistas de escasa tirada.
Recitaba de corrido Eufrasio largos párrafos de las epístolas, en especial de las primeras a Corintos y Tesalonicenses, aunque tras el inicio de la guerra, nuestro traslado a Burgos y su malograda operación de fimosis, comenzó a obsesionarse por cierto versículo, aquel que dice: '... no por la amputación corporal de la carne, sino con la circuncisión de Cristo'; Colosenses 2, II, como usted recordará, monseñor.
Obcecado, dábale vueltas y vueltas a las santas palabras mi atormentado amigo, y entendiéndolas torcidamente, dio en creer que lo que el cirujano marró podrían solventarlo su pericia y su fe.
Desde entonces, no cesaba de fatigarse el prepucio a cualquier hora para alcanzar la divina circunscisión paulina, y corrían rumores entre acólitos y monagos sobre si no serían purgaciones o ladillas, y que dónde y cómo habríalas adquirido.
Y con tanto manoseo, monseñor, contrajo Eufrasio fatalmente la nefanda depravación onanista, menos por vicio que por creencia, pues lo único que lograba con sus inocentes manejos eran obscenos desperdicios solitarios. ¡Qué lejos, amado padre, de la artesana concupiscencia de Genicio, otro de mis penitentes antologados!
Muchos fueron los poemas dedicados por Eufrasio a esta práctica degenerada. Con estas líneas le envío un ejemplo de los mismos de su época, que él denominaba, acaso cándidamente, vanguardismo de epístola mojada.

----------
b) Poema sin título

Con lascivia cadencia, cual hierofante infernal,
evocaba arcanos dictados oraculares,
codiciaba el espolón con gravedad saturnal
susurrando atávicos goces reverenciales.
^
Avivaba su espalda, planicie remansada
ofrendada a sacrificios blasfemos,
a liturgias perversas nunca holladas,
los reflejos azufrados de las tentaciones
augurando un ansiado ceremonial
propicio al hallazgo de la umbría oquedad,
gruta angosta entre sinuosas colinas
de lujuriante y misteriosa fronda.
^
Celaba esquivo ignotos deleites impíos,
hurtaba el frenesí de la serpiente...
mas el diabólico abismo al fin sucumbió
a los fieros embates
del voraz cartílago palpitante,
ingurgitado en su tensa plenitud hiriente.
^
Delirios arrebatados por un ritmo feroz
de lúbricos tamtames,
atravesados por el hierro ardiente
de la enajenación placentera
laceraban mi carne atormentada.
Astros erráticos,
cometas agónicos
se derretían en acantilados
de lava incandescente.
Se destilaba en la siniestra hondura
de las ciegas entrañas
una secreta linfa
abocada a la espuma del éxtasis.
^
Del impuro arrebato
emanó exuberante
entre ayes desmesurados
el fatítico licor.
^
Rota la ensoñación quejumbrosa
restregaba pecaminosamente
contra las sábanas que me cubrían
mi vientre pegajoso, anegado
de savia estéril, sin finalidad.



(continuará

___________

(*) Título e ilustraciones nuestros. La ilustración tomada de: http://bajoelsignodelibra.blogspot.com/

martes, 12 de mayo de 2009

De magreos, meneos y toqueteos; de la jodienda que no tiene enmienda -1- (*)

Manuscrito a Monseñor Urbano Tallaferro e Samosata
(título original)

Tomado de: http://senocri.blogcindario.com/2009/05/00256-anonimo-manuscrito-a-monsenor-urbano-tallaferro-a.html

Haciendo limpieza de papeles nos hemos encontrado estos textos que, posiblemente, alguien nos dejara para que los leyéramos y que, como tantos otros, han permanecido arrumbados en el rincón de los olvidos.
Parecen ser de algún principiante en la labor literaria, joven, además, pues trata del tema de la carne casi con clandestina veneración. Lo de joven lo decimos porque al principio se puede leer: 'Del poeta en ciernes, al cual la fama de otros vates lo anega a veces en suspiros de impotencia'.
Lo ponemos aquí por lo irreverente que quiere ser, por su sano anticlericalismo (un tanto tenue) entreverado de lujuriosa delectación. Tenemos que reconocer que no hay nada nuevo en esa necesidad de la carne en los clérigos para todo aquel que ha visto y ha oido; y menos ahora que hasta un presidente, que fue obispo, reconoce la debilidad del ser humano ante la atracción de la carne. Esa debilidad que a veces, muchas veces, se transforma en violación cuando no en asesinato. Es tan brutal que hasta el refrán lo reconocé así: 'Cuando las ganas de joder aprietan ni a los vivos ni a los muertos se respeta'. De eso saben mucho los esclavos que llevaron los negreros a América. Y los indios. En fin...
Lo pondremos como anónimo. Si alguno lo leyere y reconociere que es suyo le pondríamos su nombre. O si demuestra que es suyo y quiere que lo quitemos, obedeceros sus deseo. Mientras tanto quedará este 'Manuscrito a Monseñor Urbano Tallaferro e Samosata' como anónimo para elogio o crítica de los 'letraheridos' que se adentren por estos negros y africanos lugares.
*Comencemos:
Monseñor Urbano Tallaferro e Samosata
Nuncio Apostólico de Su Santidad en España
Pza. Callao, 12, ático 2ª
28003 - Madrid
Estimado señor:
Haciendo inventario y recopilando los papeles que mi tío dejó a su muerte, encontramos este manuscrito, ya preparado para serle enviado a su reverendísima.
Como desde hace años conozco la amistad que les unía, quise cumplir esta voluntad última de mi tío Anselmo y por mensajería urgente le mando el original completo a portes debidos, dado que mi familiar apenas legó bienes monetarios.
Le ruego encarecidamente que se haga cargo del costo del envío, y rece algún padrenuestro por el alma del finado, a quien, según tengo entendido, tanto cariño profesaba.
Reciba atenta salutación de
Iván Orozco Isleta
*LIBRO DE VOLUPTUOSIDADES
Compilado por el padre Anselmo Isleta Carantoña (1905-1996),
que en reposada y merecida paz descanse y en gloria permanezca
______
Partes:
1ª: Dedicatoria del padre Anselmo Isleta Carantoña
*
2ª. Eufrasio Cascante. 1938
a) Descripción
b) Sin título
*
3ª: Genicio Bustamante. 1944
a) Descripción
b) Susañe Soñada
*
4ª: Nemesio Gualdrapa. 1969
a) Descripción
b) Elegía a Rémulo Roger, con quien tanto dormía
*
5ª: Brígida Vistalegre. 1977
a) Descripción
b) Coplas a la suerte de folgarse
*
6ª: Yovanna Carvajal. 1981
a) Descripción
b) 1. árbol o hierba; 2. Las dos miradas; 3. Bocarriba
*
7ª: Obdulia Prieto. 1990
a) Descripción
b) Epístola carnal a un párroco
*
8ª: Afrodisio Palomeque. 1995
a) Descripción
b) Ordeñar en domingo -Liturgia de la leche-
*
9ª: Palabras finales de don Anselmo
----------
1ª: Dedicatoria del padre Anselmo Isleta Carantoña

Puesto ya el pie en el estribo, monseñor, y viviendo menos por gana que por costumbre, me decido a enviarle este librillo singular, si un tanto escandaloso de motivos, sincero y cordial en su factura, que poco puede pedírsele ya a un libro.
Usted sobradamente conoce, padre, el cariño que siempre he dispensado al arte poética desde mis años mozos, y esta humilde crestomatía no es más que la prueba de ese amor y la confirmación de una atrevida costumbre que he mantenido a lo largo de mi labor pastoral, siempre en secreto y siempre con estéticas miras.
El hecho es que desde mi ordenamiento, di en pedir a cada uno de mis confesantes la escritura de un poema referido a sus pecados, uniendo a la usual penitencia esta modesta innovación, que buscaba fomentar en mis feligreses el arrepentimiento y la enmienda como la destreza literaria.
Huelga explicar la elección de la lujuria como pecado argumental, que las mayores desgracias son tan llevadas como traídas por esa desaforada flaqueza humana.
No hay excusa posible, es cierto, monseñor, a este loco divertimento de un pobre cura, aunque llegado ya a estas alturas de mi edad, digo yo que el Señor sabrá cómo comprender y perdonar, que poemas son al cabo y confesiones.
Lee pido igualmente, amado padre, su perdón y condescendencia, y rogando por su alma benemérita, beso sus pies humildemente.
(continuará)
__________

(*) Este título se lo hemos puesto nosotros. Los ilustraciones también

martes, 5 de mayo de 2009

Goethe: Sin cuidado me tiene el más allá

Fausto:

Sin cuidado me tiene el allá arriba. En reduciendo tú a escombros este mundo, que el otro surja luego en hora buena. De esta tierra es de donde manan mis goces, y este sol el que mis dolores alumbra. Luego que yo los deje a ambos, que pase lo que pasar quiera y pueda. De eso no quiero oír hablar más, ni tampoco de si allí también se odia y se ama, ni de si hay también allí arriba y abajo.

*

Goethe; Fausto, escena IV, parte primera.

martes, 7 de abril de 2009

Pierre Makombo Bamboté (*): De Bangui a París - Segundo - B

Pierre Makombo Bamboté (*):
De Bangui a París - Segundo

(B: Dos rinocerontes)

Dos rinocerontes
desconfiados ofensivos
ofensivos si no
hubieran tenido
los intestinos ya
derramados por la tierra.
¿Dónde está la frente
tras la que se
guarda el
cerebro?
La defensa es
el único
cuerno
oblicuo.
Los tiempos y los vientos
estuvieron allí para algo
en esa belleza.
¡Oh!, eso no
fue siempre
de oro.
Y sobre todo
hoy con las
balas blindadas.
__________
(*) Nació en Uada el 1º de abril de 1932.

Obras principales:

La poésie est dans l'histoire (París, Eds. P. J. Oswald, 1960. Coll. Janus); Chant funèbre pour un héros d'Afrique. Précédé d'un chant populaire adapté par Sembene Ousmane (Túnez, Société Nationale d'Edition et de Diffusion, 1962. Coll. "J'exige la parole"; Le grand état central (Gourdargues, Gard, Eds. de la Salamandre, 1965); Les rondonnées de Daba 'de Ouadda è Bangui', (París, Eds. La Farandole, 1966. Mille épisodes); Le dur avenir (Bangui, Ed. del autor, 1966); Les deux oiseaux de l'Ubangui (París, Eds. Saint-Germain-des-Prés, 1970) y Le soir des destructeurs. Princesse Mandapu (novela, París, Eds. Presence Africaine).

lunes, 23 de marzo de 2009

Tájar Benyelún: Al día amante y gira (*)

Me habían prometido una jarra de miel pura
yo era solemne y burlón
me precedían
con la mano tendida hacia el poniente
le dije
a los pájaros de las arenas
sílabas de mi canto:
cambien de color y siganme
dejamos el desierto
por un poco de miel y luz
el tiempo pasará
sin tocar sus alas
el día será azul
como en la leyenda
tal es mi palabra
nustro destino
partimos hacia el frente
sin esperar el viento
heridas cerradas
aprendí
que febriles manos
detienen el sol en las alturas del peñasco
el ojo de los niños
sangra en el alba
que tejió su cabellera
e el barro seco de septiembre
escuchen ese canto
es el llamado de las dunas
lejos de las ciudades apacibles danzas
el pájaro abre las nubes
que liberan las manos difuntas
nacimos
con escrituras en la frente
nuestra estrella
se alza una vez al año
desnuda en el horizonte
levanta la tierra
al día amante

y gira

Tahar Benyelun
(Le discours du chameau, septiembre de 1970)
__________
(*) De 'Diwan Africano. Poetas de expresión francesa. Selección, traducción, prólogo y notas de Rogelio Martínes Furé; editorial Arte y Literatura, Ciudad de la Habana, 1988; páginas 514 y 515.

jueves, 5 de febrero de 2009

Fernando-Guillermo de Castro: Lo difícil, en el matiz; el acierto, en la duda

12 de mayo del 2001


Homenaje a D. Eusebio García Luengo en el Castilla de Magalia (Las Navas del Marqués)


Homenaje a D. Eusebio García Luengo


(A la atención de D. José Mª Amigo Zamorano)


+
Estimado Sr. Amigo Zamorano: le agradecería mucho que se pudiera dar lectura en el acto de homenaje a las palabras que van a continuación. Muchas gracias.

Querido Eusebio, viejo maestro: De mil amores, claro, me sumo al homenaje que se te rinde tan bonitamente en tus lares de estío, ese hermoso lugar de la tierra castellana que hace tantos años elegisteis Amparo y tu para veranear con "los niños". Un catarro impertinente me impide la asistencia personal.

Recuerdo ahora, mientras escribo estas líneas. aquel primer homenaje que se te dio en el Café Gijón, consistente en el primer "Café, copa y puro" que se ofreció a alguien, y que fue invento de Pepe Suarez Carreño, porque, naturalmente, habías ganado con "La primera actriz" el primer Premio Café Gijón de novela corta, que había fundado y que sufragaba en todo Fernando Fernán Gómez.

Después vinieron otros tiempos: "Índice", con el ínclito e inolvidable Juanito Fernández Figueroa; el Tercer Programa de Radio Nacional de España con tus charlas de "Vida y Literatura"; la época del Café Comercial, con Ignacio Aldecoa, Josefina, Azcona y tantos otros amigos que pasaron por nuestra tertulia nocturna. Por último, Nachos, que a tí te gustaba menos porque no era un café, sino un bar de copas.

Por último, quiero manifestar, que entre las muchas cosas que te debo, la principal creo que es haber aprendido a pensar, gracias a tu particular método tan sencillo del "Sí, pero no". Me descubriste que lo difícil está en el matiz y el acierto en la duda. Sencillamente, nada más y nada menos.

Un fuerte abrazo, Eusebio

Firmado: Fernando-Guillermo de Castro

lunes, 19 de enero de 2009

José Mª Amigo Zamorano: Isabel Escudero en 'Gorrión, migajas...'

Editorial Pre-Textos le ha publicado 'Gorrión, migajas...' a Isabel Escudero. Otro más. El anterior fue 'Fiat Umbra', que ya comentamos. Y la propia editorial anuncia uno nuevo de próxima publicación con el rótulo de 'Nunca se sabe'. En fin, está sembrando Isabel de poemillas el panorama literario. Semillas por el camino. Aire fresco, proclamaba un crítico, alabando el poemario anterior.

Nos dice Pre-Textos: "Esta edición de 'Gorrión, migajas...', haikus de pájaros de Isabel Escudero, se terminó de imprimir el día 6 de octubre de 2008".

Haikus, coplas, proverbios, sentencias, aforismos... De todo eso hay. Se avisa a la entrada de esta poética pajarería que, en ella, se han colado pájaros de otros poemarios anteriormente publicados. Y, si, nosotros hemos encontrado alguno que se nos quedó grabado de otras lecturas: 'Traca de trinos / trizan la copa / del pino'. Habrá algunos más. Pocos.

Pero esto no quita ningún valor al libro. Se lee con gusto. Y nos eleva. Al aire. A volar con aquel tiempo recién creado. Cuando éramos niños. Cuando todo parecía nacer de la nada. Y nos impresionaba dejando una huella, ya imborrable. Huella que nos sale, ahora, al paso, para devolvernos ese tiempo perdido. Y sus pájaros vivos, y muertos, y enjaulados, y... O los huevos del nido, pequeñitos, que contemplábamos embelesados. Aún los recordamos, calentitos, con pintas gris-azuladas. Allí estaban, en medio del prado, en el centro de la mata de cardos. Protegidos de una mano aviesa por la guardia de sus espinas. O cuando los veíamos removerse, aun en carnículas, estirando el pico de hambre.

Si no fuera más que por eso ya hubiera merecido la pena leerlo. Pero es que que hay más: te impulsa al vuelo, te pone la cabeza a pájaros, te ayuda a quitarte callos de encima a tu espíritu. Para que, como decía León Felipe, "no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo". Que es otra manera de resistir.

A veces nos preguntamos, caminando, que qué estamos haciendo en este lugar. Y quisiéramos ser como una avecilla y volar para no atarnos demasiado al terruño. Así, con esa visión desde arriba, contemplaríamos a los seres, a las cosas, sin los conceptos de 'mio' y de 'tuyo'. Nos meteríamos más en lo 'nuestro', más abajo: 'Gravedad del revés: / en lo hondo del cielo, / dejarse caer'. Nos orearíamos. Nos airearíamos. Enloqueceríamos de generosidad. Con la locura de los valientes. La única sabiduría.

Todo esto nos suscitan los versos de Isabel Escudero. Versos de arte menor. Sencillos. Como sencillas son las palabras que utiliza. Y los pájaros que cita. Comunes y corrientes como el gorrión. Y valientes: 'Por entre los zapatos / de los ejecutivos / el gorrión a saltitos'. No encontraréis pájaros exóticos, de largo plumaje, deslumbrantes. Ni palabras ampulosas, exuberantes, pastosas, que se peguen al cielo de la boca. Cita lo que vio y vivió. No hay selvas vírgenes de enmarañado follaje, ni 'arcoirisada crestería'. No hay eso en Extremadura. Tampoco importa. Y si no lean: 'Llanura parda, / la descolorida codorniz, / como si nada'. Y: '¡Qué bien canta!, / porque no sabe / lo bien que canta'. '¡Qué elocuencia! /pero no canta el pájaro / para la audiencia'. y para terminar este: 'Que nadie la oiga, / a la alondra / ¡qué le importa!'.

Lean, lean, a Isabel Escudero. No se arrepentirán.



Fdo: José Mª Amigo Zamorano