miércoles, 31 de enero de 2007

José Mª Amigo Zamorano: El caso del escritor Eusebio García Luengo

Poder popular e información veraz

Acabó la guerra nacional revolucionaria del 36-39, o como quiera denominarse, con la derrota del pueblo español, o si se quiere de los pueblos del estado español, pero con la derrota. Bueno, si hemos de escribirlo con el espíritu de D. Eusebio García Luengo: “con la derrota de una parte mayoritaria del pueblo español”.



Él, cronista de guerra en una zona de Levante, es reunido con otros para informarles de que se ha acabado la guerra. Les recomiendan algunas cosas. Luego los reunidos se desperdigan. Él con su fusil al hombro (fusil que nunca utilizó pues su frente era el de la cultura) y un hato de libros, se dirige hacia Valencia donde estaba su familia. Muchas ‘leguas’ para hacerlas de un tirón. Se sienta al cabo de un rato a la vera del camino. ‘Tanto luchar para esto’, se diría dejando asomar una lágrima en sus ojos, como este verano cuando se despidió de nosotros ‘barruntando’ el final. Mira el fusil. Mira el hato de libros. Coge el hato de libros y deja el fusil en la cuneta (¿para qué llevarlo?) prosiguiendo el camino.

En Valencia, por una parte el ejército franquista conmina a los ex soldados de la República para que se reúnan en la Plaza de Toros; y por otra entre los círculos republicanos se aconseja ir a determinada playa, porque vendrá un barco (barco que nunca llegó) que los llevará al exilio.

D. Eusebio, que no está vestido con traje de tropa, se dirige por el contrario a la estación del tren rumbo a Madrid. Como en el trayecto se dice que hay tropas en la estación madrileña, en un pueblo antes de Madrid se baja. Yéndose a pie a su casa de Cuatro Caminos donde vivía entonces.

Luego el hambre, la visita de un policía secreta que le hizo algunas preguntas, prometió volver y nunca lo hizo. Y búsqueda de trabajo. Nuevos conocidos. Vuelta a escribir: novelas, artículos... cuidando mucho de lo que se dice. Nada de política. Y a criar cuatro hijos.

No tuvo que desdecirse de nada. No fue tampoco un rebelde expreso. Lo denominaron siempre de los del ‘exilio interior’. Ahí lo colocó su amigo el filósofo Carlos Gurméndez, aunque él decía: ‘¿y eso qué es?’. Escribe, sobre todo en revistas. Alguna temporada en el ‘Arriba’ o en el ‘ABC’. Dentro de su honestidad (sin ser un héroe) hizo algo por los amigos; así, en el diario ‘Arriba’ escribió un elogio sobre un pintor trotskista gallego (lamento no acordarme ahora de su nombre) amigo suyo o conocido del que el pasado año le hicieron una exposición-homenaje en Madrid; a la entrada del recinto estaba, en grande, el artículo de D. Eusebio citado.

Fue, D. Eusebio, un escritor que se decía republicano y ateo. No de un republicanismo y ateismo militante, sino, cómo lo diríamos: de declaración limpia y clara, cuando viene a cuento, sin marear la perdiz; ¡‘coño’, de una forma natural, como quien dice ‘voy a comer’!.

Ha muerto hace unos días.

En la nota biobibliográfica no aparece la época de luchador de ‘impregnación marxista’ como él solía decir; es más, al asociarlo a la ‘Juventud Creadora’ (cosa que no es cierto por lo que él mismo exclamaba ‘¡y yo qué tengo de poeta!’) con el falangista José García Nieto, lo convierten casi en un franquista... ¿por qué?

Una contestación, para algunos fácil y simplista, sería, más o menos, así: ‘la Reacción ha tergiversado su vida’. Hasta D. Eusebio diría: ‘la Reacción, ¿qué es?... ¿algún organismo?... ¿un grupo poderoso de personas?... ¿el Estado Mayor Central del Capital?... ¿la Cúpula del Imperio Mediático?'... Si, incluso él haría esas preguntas con cierta sorna campesina.

No, no se trata de ver fantasmas. De inventar conjuras. No. En absoluto.

Pero, hasta en una respuesta tan simple como ‘La Reacción ha tergiversado su vida’ hay algo de verdad y de razón. No la Verdad y la Razón absolutas, pues cada Medio de Comunicación tiene sus fuentes de información. Pero una pizca, si que posee.

Veamos: ¿no existen Agencias de la Comunicación?... ¿no elaboran estas agencias las noticias?... ¿no las venden a diversos medios?... ¿No tienen sus órganos directivos?... ¿No tienen una línea de actuación?...

Las preguntas tienen una contestación rotunda: ¡sí! Todos sabemos de la existencia de la agencia EFE, Europa Pres, France Pres, Reuter... Y, sin ser unos conocedores de los intríngulis de este tipo de empresas, mediante la acción política diaria conocemos del sumo interés con que ponen los diferentes grupos del Poder en controlarlas, en poner en la dirección a sus criados y en contratar al personal sensible a su línea. No sólo esto sino que también sabemos que las empresas tienen el fin último de ganar, ganar, ganar... cuanto más mejor: esa es su política y su ideología. La ideología la tienen en el bolsillo, en la cuenta bancaria, en los dividendos.

Nos podrán decir que esto también es simplista, que hay matices; efectivamente hay matices: al mismo tiempo, cada una, tiene sus prioridades, sus pautas, sus bases de datos, sus clientes... sino no tendría razón de ser que hubiera varias: existiría una sola. La vida es plural; y plurales son las ambiciones por poseer. Aunque en último extremo de lo que se trata es de obtener el máximo beneficio. Y tener mucho cuidado en favorecer a los que les dejen ganar mas y aplastar a la competencia. Ese es el marco: el capitalismo, los distintos regímenes dentro de esa finca... En el caso de España: el régimen monárquico.

Desde este punto de vista, si que hay una ‘Reacción’ que domina. No es una ‘Reacción’ monolítica, única, sino plural, diversa... dentro, claro, del terreno de actuación que henos dicho: la ‘Monarquía’ en política y el ‘Capital’ en economía; en resumen: todos a una, como en una Fuenteovejuna antipopular.

Es la herencia del franquismo convertido en democracia. Son los franquistas, sobre todo los hijos de franquistas, que se dicen demócratas, también con matices, los que han dirigido el cotarro; los que han capitaneado la llamada transición; los que se han repartido los sillones más sustanciosos porque la oposición antifranquista, es decir, el PSOE y el PCE, fueron simples comparsas.

El escritor Eusebio García Luengo los conocía bien porque tenía afición a lo que él denominada ‘nacencia’: ‘Sí, tengo que saber –decía de los personajes- en qué pueblo nacieron, de qué viven, cuales son sus aficiones, quienes eran sus padres y ¡hasta las madres que los parieron!’.

Así sabía, porque nos lo dijo, que Cebrián comenzó en ‘Arriba’ (órgano de Falange donde su padre fue director); que Pradera era hijo del ‘Pradera falangista que matamos los republicanos’. Hemos citado en primer lugar a dos ‘connotados’ jefes de El País, diario que se las da de lo más ‘inri’, de lo más “progre”. Si seguimos por El Mundo, dirigido por un discípulo del Opus Dei, tienen puestos importantes, por ejemplo, los ‘Serna’, destacados jefes franquistas o hijos de ellos.

Y así sucesivamente encontraríamos ejemplos para llenar páginas y páginas solo con Madrid y Barcelona y, no digamos, en provincias del estado donde el Poder ha variado menos, está mas petrificado; baste citar que el diario denominado ‘Hoy’ de Extremadura el redactor jefe en Cáceres es sobrino de Juan Fernández Figueroa, el falangista que dio trabajo a D. Eusebio tras acabar la guerra.

De modo que la frase, aparentemente simplista, ‘La Reacción he tergiversado su vida’, tenía mucho de verdad.

Con esto que nadie nos trate de injustos, nada mas lejos de nosotros: entre los trabajadores de los medios de comunicación no creemos que predomine la ideología ‘facha’, y muchos sin duda serán honestos con lo que hacen; pero que nadie se llame a engaño: todos saben donde están: trabajando con el Poder, con la Reacción, con el Capital, porque de algo hay que vivir. Algún día saldrán a derribar todo este tinglado.

Este tinglado múltiple, que es la que se denomina Reacción, seguirá con su poder durante tiempo. Está pegado al sistema. Como una lapa. El déficit de democracia que, con el Partido Popular, se ha incrementado no ha venido por casualidad, de repente, como un rayo en cielo sereno. Es la estela del franquismo. Incluso su embigotado jefe es hijo de franquistas y la sede de su partido está en la misma calle en que estaba Falange.

El PSOE, en el que entró una parte de los franquistas en masa, no hizo nada, cuando estuvo en el Gobierno, por desmantelar la base de la dictadura. No hubo ‘Ruptura’, ni Democrática, ni de Ningún Tipo. No se depuraron responsabilidades y ahora los enanos salen desde todas las rendijas, ranuras, grietas...

¿Qué hacer?... ¿Quedarnos quietos?... ¿Esperar que el cadáver del enemigo pase en ataúd frente a casa?... ¿Sumirnos en la ironía o el cinismo?... ¿Refugiarnos en una torre de marfil?...
La respuesta a estas preguntas también debe ser rotunda: ¡No!

Efectivamente, no. En absoluto, no. Hay que montar un poder popular paralelo diverso, de momento en las sombras estelares del universo de esta red, lanzar nuestra información veraz. Un ejemplo es la página de ‘Rebelión’ y otras que por el cielo digital andan. De lo que se trata es de segarle la hierba a los caballos de la Reacción para que un día, un día... un día no puedan alimentarse. Un día en que podamos leer, por ejemplo, una información veraz, sin que haya sido cocinada, aderezada por la Reacción. En que la vida de D. Eusebio, es un decir, no se vea tergiversada de tal modo que casi aparezca, en lo que era un antifascista y republicano, en un cuasi franquista constituyendo ¡mentira! ‘La Juventud Creadora’ con un falangista como García Nieto al que, efectivamente, conoció y pudo estimar, pero nada mas.

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