viernes, 9 de febrero de 2007

VICTORIANO CRÉMER: 'Discurso Sin Destino'


Por Victoriano Crémer (*)

José Bergamín advertía que de ilusiones se vive cuando no se vive de verdad, cuando se vive de verdad, de ilusiones se muere.

Una generación española y muy concretamente la leonesa, la nuestra (ni quemada, ni perdida) nació al conocimiento allá por el año diecisiete, con la Revolución de Octubre en Rusia y con el ensayo revolucionario, con casi todo, en España, y que después de la prueba de la dictadura y de la obligación de la monarquía desembocó en la más negra de las contiendas, violando las tierras ‘por donde cruza errante la sombra de Caín’, dicho sea con música y letra de Antonio Machado; hasta descansar, nunca se sabe si en paz, aunque sí que sin gloria, bajo los escombras del muro de Berlín.
¿Cómo nos hicimos o cómo nos hicieron a los que prácticamente rompíamos entonces –‘a puñetazos puros’, según Blas de Otero- nuestra agria corteza de enterrados? ¿Cuáles fueron los caminos que hicimos al andar? ¿Hacia qué paraísos enderezábamos nuestros espíritus en llamas? ¿Quiénes fueron nuestros maestros y cuáles nuestros dioses, perdidos como nos encontrábamos en nuestros propios enigmas?
A este que a pie firme tiene la osadía de escribiros, los vientos cruzados, que nunca se sabe con certeza ni de donde procede ni quién los endereza, la han azotado a veces hasta con furia, para derribarle, que el idolillo era de barro y fácil de quebrar, sino para doblarle, que es la más alevosa intención del viento.
Hijo como era de esos trabajadores de la Compañía de Ferrocarriles del Norte de España, fui obligado a convertirme en esa resistente especie humana de ‘los que sirven para todo’. Y fui vendedor de periódicos, mancebo de botica, amanuense para ilustres jubilados, tipógrafo; o levantando velos censores como locutor de radio; e insistiendo en periódicos, revistas y folletos, en la fatal manía de pensar en el rescate, para todos los que formaban parte de mundo exterior, de la deseada flor de la libertad, sin ella, pensaba bien cristianamente por cierto, no podía haber Verdad, ni Belleza, ni Vida: ‘contemplo el mundo y renuevo las ansias/de libertad, que el hombre/sin libertad perece bajo las aguas/de lo injusto…’
Allá por los dramáticos años cuarenta del hambre de pan y de justicia de nuestra Era Hispánica, en unión de algunos compañeros mártires, nos dio por inventar una Revista de Poesía y de Crítica,Espadaña’ la titulamos, resumiendo la mitología sacral y rural de la verde espadaña de nuestras lagunas.
No estábamos solos, pues cuando la batalla se declara por el amor o la libertad, nunca se está solo, que hasta las piedras se conmueven. Y la Ciudad escondía hombres y mujeres a la justa medida del destino que se disponían a descubrir y a remover: González de lama, Luís López Santos, José Castro Ovejero, Anglada, Antonio Pereira, Eugenio de Nora, Josefina Rodríguez… y tantos otros.
Formábamos una generación de fugitivos, de anónimos, de clandestinos, pero manteníamos en pie los muros de la patria, de la Casa del Padre, a la invocaba desde sus prisiones el cabrero Miguel: ‘Pintada, no vacía/pintada está mi casa/del color de las grandes/pasiones y desgracias’.
Y los libros fueron el refugio de nuestra adolescencia en vilo.
Y precisamente en la única librería que por los años tremendos de las hambres totales había quedado en pie –la Biblioteca ‘Azcárate’- dieron en reunirse los iluminados padres de ‘Espadaña’. Una Biblioteca que era albergue de poetas, filósofos y demás gente de no buen vivir. Y fue allí donde nos dio por caer en la tentación de leer, pensar en voz alta y rechinar los dientes. Porque España no nos gustaba, ‘Espadaña’ fue, si se quiere y aun si no se quiere, la formulación crítica y lírica y humana de esta desazón nacional. Era como un Cuaderno de Navegación de una generación que no se resignaba a perder sus últimas ilusiones, teniendo bien presente las palabras de José Bergamín cuando advertía: ‘que de ilusiones se vive cuando no se vive de verdad; cuando se vive de verdad, de ilusiones se muere’.
Respirábamos sal y polvo/de estrellas, liberadas,/y con los héroes del sueño rompíamos los hierros/que a las columnas del templo nos ataban’.

Porque España no nos gustaba, ‘Espadaña’ fue, si se quiere y aún si no se quiere, la formulación crítica y lírica y humana de la desazón nacional’

Victoriano Crémer es poeta

TOMADO DE LAS PÁGINAS 9-10 DE LA REVISTA ‘Caminar Conociendo’ Nº 3, DE MAYO DE 1994


(*) Victoriano Crémer
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Victoriano Crémer (Burgos, 1907) es un poeta, novelista y ensayista español.
Hijo de un trabajador de la Compañía de Ferrocarriles del Norte de España, se trasladó siendo niño a León estudiando con los Hermanos Maristas.
Trabajó en su juventud como vendedor de peródicos, mancebo de botica, 'amanuense para ilustres jubilados', tipógrafo y periodista, al tiempo que se involucraba en las actividades de los anarcosindicalistas de León, donde ha residido prácticamente toda su vida.
Tras salir de la cárcel después de la guerra fundó junto con ^González de Lama, Luís López Santos, José Castro Ovejero, Anglada, Antonio Pereira, el también poeta Eugenio de Nora... la revista Espadaña, que sirvió de medio de expresión para muchos autores de la corriente llamada poesía desarraigada y que tuvo no pocos enfrentamientos con el régimen franquista.
Su obra abarca desde el existencialismo hasta las preocupaciones sociales.
En 2007 celebró su centésimo cumpleaños y recibió la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.

ALGUNAS OBRAS DE NARRATIVA: Historias de Chuma-Chuco (1971). Novela. Libro de San Marcos (1981). Biografía y novela. Los trenes no dejan huella. Historia secreta de una ciudad (1986). Novela. Los extraños terroristas de la Sábana Santa (marionetas, títeres y otros volatines) (1994).

ALGUNOS LIBROS DE POEMAS: Nuevos cantos de vida y esperanza (1951). Nuevos cantos de vida y esperanza II (1952). Libro de Santiago (1954). Furia y paloma (1956). Con la paz al hombro (1959). Tiempo de soledad (1962). Diálogo para un hombre solo (1963). El amor y la sangre (1966). Poesía total (1944-1966) (1967). Nuevas canciones para Elisa (1972). Lejos de esta lluvia tan amarga (1974). Los cercos (1976). Poesía (1944-1984) (1984). El mundo de José Jesús (1987). El cálido bullicio de la ceniza (1990). Ciudad de los poetas (1990). (Varios poetas) La escondida senda (1993). El fulgor de la memoria (1996).

ALGUNOS PREMIOS: 1963: Obtiene el Premio Nacional de Poesía Leopoldo Panero. 1966: Beca March de Literatura. 1965: Premio Punta Europa (Madrid). Premio Ciudad de Palma de Teatro. Premio Nueva España, de México (novela). Premio Ciudad de Barcelona de Poesía castellana. Premio de la Junta de Castilla y León de las Letras. 1991: Doctor Honoris Causa de la Universidad de León. Académico de Honor de la Institución "Fernán González" Burgos. Presidente de Honor del Instituto de Estudios Cidianos de Burgos. Miembro de la Academia Castellano-Leonesa de Poesía. Medalla de Oro de la Cámara Oficial de Comercio de León. Medalla de oro de Arte (Santander). Cronista Oficial de la Ciudad de León. Hijo adoptivo de León y de Villafranca del Bierzo. 1992: Leonés del año. Juglar de Honor de Fontiveros. 1998: Premio León Felipe de Poesía (junto a Eugenio de Nora)

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