lunes, 12 de febrero de 2007

Arsenio López Sánchez (*): Repoblación de Las Navas (A)


REPOBLACIÓN DE LAS NAVAS (A)

Por Arsenio López Sánchez

El rey de Castilla, Alfonso VI, después de llevar sus conquistas hasta Toledo (1085) activó desde Ávila la repoblación demográfica y la defensa de las tierras abandonadas a la vez que lograba la penetración cristiana en la cuenca del Tajo. La colonización por tierras de Salamanca, Ávila y Segovia, fue dirigida por el conde Don Raimundo de Borgoña, casado con Doña Urraca, hija del rey.

El conde facilitó la llegaba de repobladores, asentando en llanuras, bosques y campos del yermo a nuevas familias gallegas, asturianas, leonesas y vascoriojanas a quienes se asignaron tierras, pastos, pinares y alijares para su explotación. Eran campesinos libres, pastores y labriegos que fueron cambiando su primitivo asentamiento montaraz en las pequeñas aldeas del norte por otro más estable al norte y sur de la cordillera central (1), aunque de organización todavía rudimentaria, al lado de cristianos mozárabes e, incluso judíos, que ya poblaban el lugar y que conservaban los viejos moldes romanos y visigodos (lengua, religión y tradiciones)

Buscaban la orilla de un río, vados fértiles para el aprovechamiento ganadero y forestal y el abrigo de pequeñas colinas que fortificaban con torres aisladas para proteger las zonas conquistadas y evitar ataques de los reductos árabes aún no controlados o de emigrados dedicados al pillaje, con los que mantendrían frecuentes escaramuzas por el valle y la serranía en defensa de sus tierras y ganados.

Por un error de copia o trascripción del libro de Luís Ariz (2), en diversas publicaciones sobre Las Navas circula con insistencia un hecho legendario según el cual, en el mes de julio del año 1090 un pastor llegó a Ávila comunicando que una patrulla de musulmanes, capitaneados por Galafrón Alhamar, recorría los pinares de la zona y tenía atemorizados a los aldeanos. Raimundo de Borgoña envió a Las Navas a los caballeros abulenses Fernán López Trillo y Juan Martínez de Abroxo quienes dominaron a estos musulmanes tras una serie de refriegas, les hicieron huir y traspasar la frontera del Tajo, y devolvieron el ganado a los vecinos.

Con esta leyenda o tradición intenta demostrarse el comienzo de la repoblación de Las Navas con la existencia de dos navas en el siglo XI, que tras este suceso quedarían fusionadas en la primitiva aldea que dio origen a lo que es la Villa actual.

Debemos aclarar que tanto el cronista Ariz como el historiador abulense Martín Carramolino (3) mantienen dicho relato, pero no referido a Las Navas, sino a otros lugares de Ávila. Así, cuando se cita el paso de la cuadrilla por la ‘primera nava’ se alude, sin duda, a San Juan de la Nava, tras atravesar la sierra Paramera, y al referirse a ‘las dos navas-fondas’ se alude claramente a las aldeas de Oyofondo y Oyoquesero, nombres de los actuales Burgohondo y Hoyacasero, camino, a su vez, del puerto de que se nombra en el texto, que podría ser el Puerto del Pico, en ruta hacia Talavera y el Tajo.

Por lo tanto la repoblación de Las Navas no pudo depender de esta anécdota guerrillera, aunque es posible que hubiera un primer asentamiento de rústicos poblados en la vaguada de la Poveda y en la zona abrigada de la Retuerta que permanecieran muy aislados y dedicados al pastoreo durante largo tiempo, pues la colonización de Las Navas no tendrá lugar hasta finales del siglo XIII. En estos lugares se han observado enterramientos de carácter mozárabe, uno de ellos conocido por la tradición popular de la Villa como sepultura del moro.

La movilidad o trasiego de gentes durante la repoblación castellana cobró importancia a partir de los siglos XII y XIII, con la formación paulatina de las villas y aldeas. El territorio de Las Navas debió de experimentar un asentamiento muy lento, pues ‘al mediar el siglo XIII, los núcleos de población estaban muy repartidos y muchos se asentaban en las tierras más fértiles, dejando grandes volveros ocupados por páramos, por monte alto o bajo, o por pinares’ (4). En el actual espacio comprendido entre las laderas de Guadarrama, El Espinar, el Alberche, Robledo y Campo Azálvaro, la repoblación se fue retrasando debido muy posiblemente a la hostilidad del clima, a la espesa vegetación y la falta de caminos, pues en el siglo XIIera una tierra abrupta y salvaje, plagada de bosques y matorrales, fieras y venados, lo que contribuyó a que su auténtica colonización no comenzara hasta finales del siglo XIII y comienzos del XIV, mediante la cesión por al Comunidad de Villa y Tierra de términos de muchas navas para su explotación forestal y ganadera’ (5).

Arsenio López sánchez

TOMADO DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', PAGS. 7-8, Nº 3. MAYO DE 1994

__________

(*) La bibliografía al final, es decir en la segunda parte del artículo

No hay comentarios: