domingo, 6 de mayo de 2007

Iswe Letu: Nunca Pierdas la Esperanza


nunca pierdas la esperanza


(para una antología contra el racismo)

No, nunca, nunca pierdas la esperanza, amigo... Ata, apretando bien, tus zapatos... O..., si no hay más remedio, tus abarcas mismas...

Y ponte en camino ya... Visita... ¡qué sé yo!... hasta los corredores más ocultos... Ahuyenta ese sueño que tienes acumulado de semillas tocadas por el hielo y la roña...

--"¡Ah, Uerdia, tallo de fresno, // cabellos como de esmeralda: // eres un ramo de naranjo // en pleno invierno." -canté nada más verte.

¡Ah!, si... aun me acuerdo..., que habiendo percibido mi pequeño seno, olvidaste atar tu odre... y yo me sonreí. Fue como una invitación, casi un convite. Preparé el lecho antes de proseguir mi camino: esperé con ojos vigilantes y oídos atentos... Enjugué el sudor de la frente con el reverso de la manga...

¡Ah, cómo temblabas!... eras como una campana que vibra, cuando, yo, anhelante también -para qué negarlo- te decía: "¿Me dejas porque estás sediento? ¿me dejas porque estás hambriento?... // Pues toma, toma mi pecho // por tí se desborda."

Desde entonces no he vuelto a olvidarte. "¡Ay, Uerdia, tallo de fresno, // cabellos de esmeralda: // eres un ramo de naranjo // en pleno invierno." -volví a cantar recordándote.

Nunca pierdas la esperanza: ahuyenta, amigo, ese sueño, que tienes ahí acumulado, de semillas besadas por el hielo y por la roña; y lánzate al camino.


No hay comentarios: