Esclavo, esclavo, ¡escucha, oh esclavo!: Aquellos que pasaron delante de los otros y partieron, ¿hacia dónde? ¡ellos mismos lo ignoran!
Lo que si es cierto es que se fueron deshaciendo poco a poco, y lentamente, en el polvo de la ilusión engañadora para siempre jamás.
Bebe vino y escucha esta verdad: Todo lo que ha sido dicho sobre el más allá tiene la consistencia del viento y la solidez del humo,
fue polvo, si, fue polvareda, que algunos pícaros tiraron, lanzándola, sin piedad, cruelmente, a los clarísimos ojos de los ingenuos.
—¿Qué más? —¿Y tú, precisamente tú, me lo vienes a preguntar, asi, con esa frialdad? Bueno, pues nada más; esto es todo y nada más.
(*) Es una versión nuestra
No hay comentarios:
Publicar un comentario